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perfil | Yukiya Amano

Un diplomático cauteloso en busca del consenso en la OIEA

Llega al cargo con el apoyo tácito de EEUU y la desconfianza de los países no alineados y en vías de desarrollo

EFE
VIENAActualizado:

El nuevo director general del OIEA, Yukiya Amano, es un cauteloso diplomático japonés de larga trayectoria y gran experiencia en el campo de la no proliferación nuclear y el desarme, que llega al cargo con el apoyo tácito de Estados Unidos y la desconfianza de los países no alineados y en vías de desarrollo.

Amano, quien tendrá que bregar durante los próximos seis años con el conflictivo programa atómico iraní y resolver los graves problemas de financiación del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), nació el 9 de mayo de 1947 y se graduó en 1972 en Derecho por la Universidad de Tokio.

Su ascenso en el Ministerio de Asuntos Exteriores japonés fue meteórico y llegó a representar a su país en plazas importantes, como Washington, Bruselas y la Conferencia de Desarme en Ginebra. Amano está considerado un hombre de amplia experiencia en el campo del desarme y la no proliferación nuclear y ha ocupado los cargos de director de la Sección Científica y la Sección de Energía Nuclear del Ministerio de Exteriores japonés. Además, ha encabezado las oficinas de Control de Armas y Asuntos Científicos y del Departamento de Desarme, No Proliferación y Ciencia de su país.

Cuenta con el apoyo de EEUU

Su mandato será muy diferente al del director saliente, el egipcio Mohamed El Baradei, al que algunos países occidentales han acusado de contemporizar demasiado con la República Islámica. El Baradei que ha defendido siempre la negociación como forma de superar lo conflictos, fue especialmente criticado por la anterior Administración estadounidense, con la que se enfrentó ya antes de la invasión de Irak al insistir en que el país árabe no tenía armas de destrucción masiva.

Amano sí cuenta con el beneplácito de EEUU pero no con el de los países no alineados y en vía de desarrollo. De hecho, su nombramiento necesitó de varias rondas de votaciones, a diferencia del amplio consenso que, pese a las reticencias de la Casa Blanca, logró El Baradei las tres veces que fue elegido para el cargo.