CHORRERAS
Actualizado:Lo que ha ocurrido este pasado fin de semana en Sevilla es digno de figurar en los anales de la Astrología. Una auténtica conjunción de astros, estrellas, estrellonas... Con sus correspondientes satélites. Como dice la famosa sevillana, en el mismo sitio (hotel Alfonso XIII) y a la misma hora (sábado, noche), coincidían en un alarde de poderío sin precedentes Tom Cruise, Cameron Díaz, Ivana Trump, Antonia Dell'Atte, la diseñadora Rosa Clará, Norma Duval... ¡Y hasta Curro Romero! ¿Resultado? Cruise aporreando la pared de su habitación (en sentido figurado, claro, pues él utiliza métodos más sutiles) para protestar por los decibelios de las rumbitas que parte de los mencionados bailaban unos pisos más abajo. Y es que el chiquillo tenía que madrugar al día siguiente para asistir al rodaje de esa película... en la que trabaja su doble. Entre el Sicab (Salón Internacional del Caballo) y el filme de Cruise, Sevilla el sábado era una feria (de ganado fino).
Ivana Trump, la mujer que susurraba a los caballos, y sobre todo a los caballeros (con excelentes resultados) llegó exigiendo una camisa con chorreras, como las que llevan «los toreadores». En Miami, según ella, esas blusas son tendencia. No hubo forma de encontrarle una de su talla y se marchó a Moscú mosqueada. No tanto por las chorreras como por la osadía de haberla invitado a comer unas tapas de pie (a ella, con esos tacones). El enfado se lo suavizó el apuesto chófer que le adjudicó el Sicab. No le alegró la vida, pero sí la vista. Para mí, de Ivana lo mejor fue su acompañante: Vivianne Ventura (ya el nombre promete), una bella y mundana señora, medio inglesa, medio colombiana, medio judía, residente en Miami e íntima amiga («sólo amiga») de Julio Iglesias. Su estilismo era una mezcla de María Félix, Frida Khalo y Anastasia Romanov. Con su pelo negro tirante y rematado en un inmenso floripondio, la enjoyadísima Ventura me confesó en un aparte que cuando sus hijas se portan mal, les dice: «Cuidado, o sólo heredaréis mis flores».