Haidar, con la directora de Incidencia Política del Centro Robert F. Kennedy, Marselha Goncalves. :: EFE
ESPAÑA

El Gobierno se impacienta con la actitud de Aminatou

El ministro de Exteriores opina que el entorno de la activista saharaui influye en sus negativas

ESTORIL. Actualizado: Guardar
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El Gobierno ya no sabe qué hacer con la saharaui Aminatou Haidar, en huelga de hambre desde hace 15 días en el aeropuerto de Lanzarote tras ser expulsada de Marruecos. «Se han hecho todos los esfuerzos, pero ¿por qué los rechaza?». Así escenificó ayer, con un tono de voz que no escondía el enfado, el ministro de Asuntos Exteriores la impaciencia gubernamental. Miguel Ángel Moratinos se refería a las tres opciones que ha puesto el Gobierno sobre la mesa: concesión de la nacionalidad española, estatus de refugiada política y recuperación del pasaporte marroquí. Todas rechazadas.

El titular de Exteriores hizo un alto en la XIX Cumbre Iberoamericana que se celebra en la ciudad portuguesa de Estoril para explicar que España ha hecho «todo» lo que tenía a su alcance para solucionar la situación de Haidar. Pero las ofertas han sido desestimadas por la saharaui una tras otra. El ministro no cree que esas negativas respondan a decisiones personales de la mujer sino que el grupo de personas que la acompañan influye en su actitud. «Quienes le aconsejan», se quejó el jefe de la diplomacia, están impidiendo que Haidar «cumpla su deseo» de volver a El Aaiún.

Moratinos explicó que para el Gobierno la situación es exasperante porque a veces parece que va a aceptar alguna de las propuestas, pero al final se echa atrás. Mientras el ministro hacía estos comentarios, su jefe de gabinete, Agustín Santos, se volvía a reunir en el aeropuerto de Lanzarote con la saharaui en busca de una salida. La primera entrevista, celebrada la pasada semana, se interrumpió por un desvanecimiento de Haidar motivado por su huelga de hambre.

Pasaporte

El ministro indicó que hasta la que parecía la solución más complicada, la entrega por parte de Marruecos de un nuevo pasaporte, está bien encaminada porque la respuesta de Rabat a esta petición española «no ha sido negativa». Aminatou fue deportada el 15 de noviembre de El Aaiún a Lanzarote por las autoridades magrebíes al negarse a rellenar un formulario en el que constaba que su nacionalidad era marroquí. Rechazó la oferta de obtener el pasaporte español porque no quería ser «extranjera» en su país, el Sáhara. Sólo quiere el suyo, que es marroquí, y está en manos de la Policía de Rabat. El enviado del Ministerio y estrecho colaborador de Moratinos explicó antes de reunirse con la saharahiu en Arrecife que las ofertas del Gobierno permitirían a Haidar seguir con su lucha, pero «desde España». Reclamó asimismo que finalice su huelga de hambre, pues sería más útil para su causa «vivir para luchar, no luchar para morir».

La respuesta de la activista llegó a las pocas horas desde Lanzarote. «Quiero solamente transmitir un mensaje claro al señor Moratinos: que yo, Aminatou Haidar, nunca he estado bajo presión y nunca lo estaré, yo soy siempre independiente», manifestó.

Para rematar el embrollo, el juzgado número ocho de Arrecife impuso a Haidar una multa de 180 euros por alteración del orden público el pasado 15 de noviembre, el día que llegó a la isla y comenzó su huelga de hambre.