ESPAÑA

López pide perdón a las víctimas de ETA tras años de «silencio y vergüenza»

Los familiares de los asesinados por los terroristas se lamentan de que «salga tan barato matar»

BILBAO. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Patxi López prometió ayer perseguir «la ideología del terror» y restituir el honor silenciado de los asesinados por ETA. El 'lehendakari' presidió en Vitoria el tercer acto de apoyo que las instituciones vascas rinden a las víctimas del terrorismo. Un gesto que escenifica el cambio de rumbo que ha protagonizado el Gobierno vasco, desde que el acuerdo PSOE-PP permitió, el pasado 5 de mayo, la elección del primer presidente vasco no nacionalista.

Ante la totalidad de colectivos de damnificados de ETA, GAL y ultraderecha, López hizo autocrítica por los «años de plomo» marcados por «el silencio y vergüenza colectiva, años en los que después del estruendo de la bomba no surgían voces de las víctimas y en los que incluso el llanto de las víctimas era acallado para que no molestara a la inmoralidad colectiva» de la sociedad vasca. El 'lehendakari' se juramentó ante quienes han sufrido en sus carnes la violencia para perseguir «la ideología del terror».

Las víctimas, por su parte, denunciaron «el olvido» sufrido durante años por parte de la clase política, a la que reprocharon la falta de contundencia a la hora de legislar lo que hace que resulte «muy barato» matar.

Pleno de ex 'lehendakaris'

Más de 600 familiares de víctimas llenaron el patio de butacas del Teatro Victoria de Vitoria y compartieron aforo con el actual gobierno vasco, con su presidente Patxi López al frente; los ex 'lehendakaris' Carlos Garaikoetxea, José Antonio Ardanza y Juan José Ibarretxe; y líderes de los partidos democráticos vascos como el popular Antonio Basagoiti o el nacionalista Iñigo Urkullu.

Patxi López adquirió, durante su alocución, un compromiso ante las víctimas: pondrá todos los medios legales a su alcance para perseguir la ideología del terror. «Las ideas que han convertido en asesinos a cientos de jóvenes en Euskadi no pueden quedar impunes». Abundó, en este sentido, en que los terroristas «han dejado de ser humanos» porque «no oyen los gritos de espanto de las madres».

Desde la convicción de que «las balas solas no matan» sino que lo que mata es «la voluntad del que aprieta el gatillo», López preguntó en voz alta: «¿Qué vamos a hacer con las ideas que han convertido en asesinos a cientos de jóvenes vascos?», y abogó por denunciar todas las iniciativas que reniegan de la convivencia, todas las propuestas políticas que renuncien a las normas democráticas para imponer por atajos totalitarios y violentos sus objetivos.

«Somos un país que sangra por los cuerpos destrozados de las bombas, por las heridas de la bala cobarde» reconoció López. Señaló, asimismo, a las víctimas como el asiento sobre el que construir un «país digno, que sabe lo que pasó y que no quiere de ninguna manera que se repita». Insistió en esta idea al reclamar a las víctimas un nuevo esfuerzo para conquistar el futuro. «Ahora que el terrorismo está en su ocaso sucio y borroso», acotó.

El momento más emotivo se vivió con la intervención de Leonor Regaño, viuda del artificiero de la Policía Nacional Manuel Jódar, asesinado por ETA en 1989. Regaño se felicitó por el cambio en la política antiterrorista del Gobierno vasco representada en la retirada de carteles, fotografías y pintadas de las calles de Euskadi, la denominada «tolerancia cero» al entorno de ETA.

Este reconocimiento no impidió, sin embargo, los reproches a la actuación de los representantes políticos. De forma gráfica, les echó en cara que «todos ustedes asisten en los primeros banquillos del funeral» y les interpeló: «¿Y qué hay del día siguiente?; ¿se han preguntado qué podría ocurrir si inculcásemos y lleváramos a nuestros hijos por el camino del odio, el rencor y la venganza?».

La viuda del policía, visiblemente emocionada y arropada por los aplausos de los asistentes, dijo estar especialmente dolida tras comprobar que «sale muy barato secuestrar y asesinar». Lamentó que, a su juicio, las víctimas no tengan derechos y que ni siquiera sean informados de la pena efectiva que cumplen los asesinos.

Cumplimiento de penas

En este punto, denunció que los asesinos de su esposo, condenados a más de 300 años de cárcel «no cumplirán más de 20». Durante el acto de Vitoria, las familias de las últimas cinco víctimas de ETA recibieron un recuerdo como señal de reparación de las instituciones vascas. La madre de Diego Salvá, uno de los dos guardias civiles asesinados el pasado 30 de julio en Mallorca, se dirigió a los presentes y mostró su deseo por ser «durante mucho tiempo la madre de la última persona asesinada por ETA».

Es el primer 'lehendakari' en abanderar la lucha contra ETA.

Mantuvo una línea menos beligerante con el Gobierno central.

Promulgó la necesidad de convocar un referéndum soberanista.