ESPAÑA

Un atunero de Bermeo repele a tiros el asedio de dos barcas piratas

Los asaltantes acosaron durante media hora al 'Ortube Berria', que salvó el incidente sin daños personales ni materiales

MADRID. Actualizado: Guardar
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La sombra de un nuevo 'caso Alakrana' planeó en la madrugada de ayer sobre las aguas del océano Índico. El pesquero 'Ortube Berria', con base en el puerto vizcaíno de Bermeo, se libró de un previsible secuestro gracias a la actuación de los vigilantes privados que embarcaron en este atunero el pasado 15 de noviembre, según informó el Ministerio de Defensa.

La situación fue muy tensa. Los presuntos piratas, que interceptaron al 'Ortube Berria' a 230 millas naúticas al suroeste de las islas Seychelles, dispararon sus armas ligeras e, incluso, un lanzagranadas. Los vigilantes del pesquero vasco respondieron con el armamento del que disponen. La respuesta disuadió a los presuntos delincuentes tras un acoso de media hora.

La alerta la dio, sobre las 05.40 (hora española) de ayer, el 'Intertuna III', otro de los cuatro pesqueros que se encuentran faenando en la peligrosa costa somalí. El capitán informó al Centro de Operaciones de Vigilancia Marítima de que el 'Ortube Berria' estaba sufriendo un ataque. Minutos más tarde, el propio oficial del 'Ortube Berria' confirmó los hechos, aunque especificó que el atunero navegaba libre hacia el sur del lugar del incidente. El comandante de la 'operación Atalanta' envió a la zona a la fragata portuguesa 'Álvarez Cabral' y al avión de patrulla marítima con base en la islas Seychelles, en lugar de a la fragata española 'Canarias', que se encontraba a 600 millas náuticas al noreste del lugar de los hechos.

Éste es el segundo susto que se produce en aguas somalíes, tras conocerse la liberación del 'Alakrana', el 17 de noviembre. El 'Txorri Gorri', también con base en Bermeo, pudo escapar de los piratas, aunque en aquella ocasión, sin disparos.

La feliz intervención de los agentes privados a bordo del 'Ortube Berria' se ha convertido en un argumento favorable más para los que apoyan esta solución, frente a los que reclaman la presencia de marinos profesionales de la armada española. Dirigentes políticos también criticaron la escasa preparación del contingente de vigilancia (algunos de los embarcados solo recibieron un cursillo específico de tres días).

Cambio de pesquería

A esta polémica se une el hecho de que varios barcos españoles que faenan en las costas somalíes, aunque con bandera de otro país, han reducido de cuatro a tres (incluso a dos) el número de guardas armadas. ¿El motivo? Además del alto coste de este servicio (cada vigilante privado percibe una media de 4.000 euros de salario al mes), buena parte de los pesqueros han puesto proa al archipiélago de Chagos (de soberanía británica), situado entre el continente africano e Indonesia, es decir, lejos del ámbito de actuación de las barcazas piratas, porque no se ha reportado ningún ataque a más de 900 millas de la costa Africana. Este hecho se produce porque la temporada del atún en las costas somalíes llega a su fin, tras más de tres meses de fructíferas capturas.

Este cambio de ubicación proporcionará sosiego a las familias de los pescadores y al Gobierno español, que ha sufrido un serio desgaste durante los 47 días de la crisis del 'Alakrana'.

María Teresa Fernández de la Vega informó el pasado jueves en el Congreso de los pormenores del secuestro y de la actuación del Ejecutivo, al que los partidos de la oposición criticaron por su aparente falta de coordinación interministerial durante este suceso. La vicepresidenta primera destacó que tanto la Armada española como el Gobierno habían cumplido con el principal objetivo: devolver sanos y salvos a sus hogares a los 36 tripulantes.