La crisis devuelve el interés por el estudio
Algunos institutos han tenido que pedir más pupitres para atender la demanda Este curso hay 7.555 alumnos en enseñanza para adultos, cifra récord de la última década
Actualizado: GuardarEl año del pesimismo ve el final sin dejar atrás ninguna de las previsiones oscuras que ocuparon las portadas de los diarios de enero. No hace falta hacer ninguna encuesta para darse cuenta de que el mercado laboral de la provincia necesita un cambio. Y parece que la crisis ha servido de acicate -prefieren pensar los de la teoría del optimismo- para buscar salidas en el estudio.
A la fórmula se han apuntado decenas de jóvenes que en su día aparcaron los libros animados por un empleo fácil en la construcción, el negocio inmobiliario o la hostelería. Trabajadores de escasa cualificación fueron los primeros que cayeron con la crisis. Dadas las cifras de matriculación en los centros de educación de adultos parece que ha servido de escarmiento.
Este curso 7.555 gaditanos mayores de edad regresan a las clases de Secundaria y Bachillerato en la provincia. Son un millar más que el año anterior y suponen el mayor aumento de la última década, según los datos aportados por la Delegación provincial de Educación. Este incremento ha sorprendido a los docentes que hasta ahora habían atendido a una demanda moderada.
Veinteañeros
Ni siquiera los intentos de equiparación al mercado laboral europeo o la mayor exigencia en formación por parte de las empresas había conseguido tanta aceptación. La media, que siempre resulta engañosa, se queda en un incremento del 15%, pero en los centros con mayor número de aulas dedicadas a este alumnado han subido hasta un 40%, siempre comparando las cifras con las del curso anterior. «Hemos tenido que pedir mesas y sillas a la Delegación porque no nos daba con lo que teníamos en las aulas. El aumento ha sido más que notable», resume Francisco Vacas, director del IES Columela de Cádiz.
Él se encuentra al frente del centro con mayor número de líneas de adulto de la provincia. Son tres para Secundaria (ESPA) y otras tantas para Bachillerato. La edad de los alumnos no suele pasar de los 25 años, aunque alguno ya supera la treintena. Francisco Vacas explica que la especialidad más solicitada es la de Ciencias Sociales -la que mayor salidas laborales ofrece-. El aumento de las matriculaciones también se ha detectado durante las clases de mañana.
Pepa Cancela, jefa de estudios de adultos del IES Columela hace un seguimiento diario de las clases. Asegura que además de la crisis se han mejorado las facilidades para acceder a estos niveles. «Para estos alumnos supone una segunda oportunidad y retoman los estudios con más interés», explica la docente.
La dificultad para asistir a clase todos los días también encuentra solución. Desde hace unos años el Instituto Provincial de Educación Permanente, especializado en la formación de mayores de 18 años, dispone de una plataforma virtual y tiene un régimen semipresencial para Secundaria y Bachillerato. Entre el alumnado se encuentran padres de familia que se han quedado en paro o jóvenes con trabajos precarios que se aferran a la formación para mejorar su situación.
María del Carmen Castro, directora del instituto, cuenta que en los últimos años se han visto obligados a designar centros delegados en los grandes municipios dada la amplia demanda. «Es la mejor fórmula para acercar la educación a los que están interesados, que no siempre tienen las mejores condiciones para el estudio». De esta forma han empezado a funcionar en institutos como Las Salinas, en San Fernando; Santo Domingo, en El Puerto o Padre Luis Coloma, de Jerez.
Novedades
En este curso también ofrecerán la posibilidad de un examen libre de Bachillerato. Hasta ahora resultaba imposible conseguir el título si no se hacía por la vía oficial: matrícula, clases y examen. La profesora Castro recalca que muchos de los alumnos que van por esta vía «son los que se han quedado fuera de la enseñanza semipresencial».
Las malas perspectivas laborales no sólo han llenado las aulas, sino que han contenido los abandonos. «El principal motivo por el que dejaban las clases es la incompatibilidad con el trabajo y eso ya no se produce apenas», explica. El estudio se ha convertido en algo prioritario que les sirve para encontrar un empleo mejor o progresar en el que ya tienen. Es también común el caso de jóvenes que quieren entrar en el Ejército o la Policía Nacional y precisan de una titulación básica.
Las edades dependen del tipo de enseñanza. Los cursos presenciales cuentan con alumnos de entre 18 y 24 años. El perfil corresponde a jóvenes que no han podido superar la formación en sus institutos y recurren a los centros de adultos para una segunda oportunidad. Entre ellos están los que abandonaron los libros para probar suerte en el mercado laboral con atractivas ofertas en la construcción o la hostelería.
Los estudiantes de las clases semipresenciales suben la media de edad con alumnos de 25 a 30 años; muchos de ellos mujeres. La motivación es ascender en el trabajo o buscar nuevas salidas.
La necesidad de conseguir ingresos lleva a los jóvenes a buscar fórmulas nuevas y muchos han visto en la anunciada Beca 6000 una oportunidad. Pero la ayuda está pensada para evitar el abandono escolar tras los ciclos obligatorios y no contempla a los que regresan a las aulas.
La ayuda tiene un montante de 6.000 euros a razón de 600 al mes desde septiembre. En la provincia sólo se han concedido 567 de las 4.686 que se habían solicitado. Efectivamente, las bases son restrictivas al tratarse de una ayuda de gran cuantía. El otro inconveniente es que en caso de abandono, el estudiante deberá devolver el importe. Para ello se han establecido unos niveles mínimos que habrá que superar y en este sentido, la Delegación de Educación asegura que será rigurosa, dado el gran presupuesto que se ha reservado para esta iniciativa.