Lujo en plena crisis
Mientras que la mayoría de los ciudadanos se aprieta el cinturón, algunos elegidos se permiten todo tipo de caprichos
JEREZ.Actualizado:Atención: Este reportaje puede provocar urticaria, dolor de estómago y cierta dosis de envidia. Y es que los objetos que se exponen a continuación son reales, se venden de forma más o menos habitual en la provincia gaditana, pero usted -en la mayoría de los casos- no podrá comprarlos.
«¿Quién ha dicho que en la provincia no hay dinero?, si la crisis es siempre para los mismos». Esta afirmación, del empleado de uno de los comercios visitados por LA VOZ en la última semana, resume a la perfección lo que piensa la mayoría de ciudadanos de a pie. Y es que el lujo, o el derroche económico si se prefiere, no entiende de valores bursátiles, de despidos ni pagos fraccionados y siempre llega a fin de mes. La mayoría de artículos de gama alta, selección 'gourmet', segmento 'premium' o alta costura, que se pueden encontrar en la provincia, tienen un público objetivo detrás. Clientes reales que los demandan, personas con gusto por la calidad y las buenas maneras, y porqué no decirlo, con una Visa Oro sin limite de fondos. En su mayoría son grandes empresarios, responsables de firmas comerciales muy conocidas e incluso altos funcionarios.
Entre esos artículos que compran quiénes nunca miran el precio hay coches, barcos, trajes de diseño, relojes y joyas, o alimentos. «El otro día vino un cliente habitual nuestro y compró tres corbatas; no preguntó cuánto valían y cuando se lo dijimos no le importó». La que habla es Lorena Cruz, encargada de la sección del diseñador italiano Ermenegildo Zegna en El Corte Inglés de la capital. Las tres corbatas le costaron a ese hombre de negocios -gerente de una conocida empresa cuya identidad el establecimiento no quiere revelar-, la friolera de 368 euros.
El mismo cliente volvió días después, al mismo centro comercial, y compró un traje, cuyo importe fue exactamente de 1.195 euros, que conjuntó con una camisa en seda natural de 400 euros, y unos zapatos italianos de piel, cuyo precio ni siquiera figura en la etiqueta del comercio.
Una joya de muñeca
Y es que hay un tipo de consumidores ajenos a despidos y recortes presupuestarios. En la Joyería Gordillo de Cádiz lo saben bien; su gerente, Esther Gordillo, guarda celosamente el nombre y apellidos de sus compradores, pero sí reconoce que la mayoría de estos «son fijos» en su tienda. El reloj más valioso que venden está valorado en 104.000 euros. «Se trata de un reloj-joya». Es un Chopard Tourbillon de serie limitada, «con un mecanismo muy sofisticado, fabricado de forma artesanal y que se tarda casi un año en ensamblar en Suiza», explica.
Quien puede permitirse el lujo de comprarse un reloj como este, -«que se vende bastante», como asegura Gordillo-, puede acceder también lo más sofisticado en tecnología. La firma alemana Loewe fabrica televisores de plasma de más de 10.000 euros, con estructura de aluminio.
El poder de las cuatro ruedas
Pero indudablemente, si algún artículo cotidiano muestra el estatus económico de quien lo posee, ese es el vehículo que utiliza. La provincia no dispone del glamour que aportan marcas automovilísticas consagradas como Porsche, Maserati, Aston Martin o Ferrari, cuyos concesionarios más cercanos están en Sevilla o Marbella. Aquí abundan otro tipo de vehículos «menos llamativos pero igual de exclusivos».
Así lo afirma Carolina Zini, jefa de ventas de Movijerez, el concesionario que BMW tiene en la ciudad del vino. «El modelo más lujoso que nosotros hemos vendido fue un BMW 760, que costó a su propietario 160.000 euros, más los extras», recuerda. Apenas a unos metros, Jaguar y Range Rover comparten clientela 'vip'. Uno de los responsables del concesionario, Alejandro Galindo, explica que las dos unidades más caras que han vendido son un Range Rover Vogue Plus, por 151.000 euros, y un Jaguar XK por 117.000.
Ambos modelos cuentan con un amplísimo listado de extras que encarecen su PVP (Precio de Venta al Público). «Se puede encargar el blindaje del habitáculo, una tapicería especial o incluso quitar el limitador de velocidad», relata el experto. Los dos reconocen que entre sus clientes hay futbolistas que viven en la zona, ejecutivos y algún que otro alcalde o alcaldesa cercanos.
Además de los coches, en Cádiz han proliferado, en los últimos años de bonanza económica, las tiendas 'delicatessen'. Una de ellas es Lusol Gourmet de Chiclana. Remedios Huelva, su responsable, considera que la crisis «la nota menos quien tiene dinero». Ella recuerda haber oído a clientes -la mayoría contratistas y promotores-, decir que «almorzaban a diario con Moët Chandon» en pleno 'boom'. «Esos mismos clientes ahora ni aparecen ni por la tienda», bromea. Entre los productos estrella están las botellas de Don Perignon -un champagne francés de 122 euros la unidad-, o el Rioja Gran Reserva producido por la familia Eguren y con un embotellado diseñado en exclusiva por Louis Vuitton, a 125 euros la botella.
Yates de 34 pies, (casi 12 metros de eslora), que superan los 240.000 euros y que en el establecimiento Náutica Rivas sólo han vendido uno «a un empresario que lo diseñó a su gusto hace dos años», o alojamientos de Gran Lujo completan la oferta en Cádiz.
Pernoctar en la Suite Presidencial del Hotel Melia Sancti Petri de Chiclana el 31 de diciembre cuesta, por ejemplo, 702 euros. Allí, desde su cama 'King Size' y con la fruta fresca y una copa del más exquisito Moët Chandon -todo ello obsequio del hotel-, usted podrá despedir 2009 y la crisis por todo lo alto si su bolsillo se lo permite.