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El régimen confisca su premio a la Nobel de la Paz persa

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Ser un premio Nobel de la Paz no es un privilegio en Irán. La abogada Shirín Ebadi, que permanece fuera del país persa desde el pasado junio, trasladó a las autoridades noruegas que otorgan el galardón su malestar por la sustracción de la medalla y el diploma que recibió en Oslo en 2003, que guardaba en una caja fuerte de un banco de Teherán. El Gobierno escandinavo llamó a consultas al encargado de negocios persa, al que comunicó además su preocupación por el estado de salud del esposo de la abogada, detenido desde octubre.

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores del régimen de los ayatolás, Ramin Mehmanparast, criticó a las autoridades nórdicas y redujo el programa a una cuestión fiscal. «Es una sorpresa que los responsables noruegos se precipiten a hacer un juicio de valor sin respetar la ley internacional y sin esperar lo suficiente para ver las dos caras de la cuestión, la evasión de impuestos es un delito en Irán y las personas que lo cometen deberán hacer frente a un castigo legal», afirmó.

Además de la medalla, la primera mujer musulmana en recibir el Nobel denuncia que le reclaman «una gran suma de dinero» en concepto de impuestos, cuando según las leyes del país islámico los premios están exentos.