La esperanza ilumina Marrakech
Fátima Mansuri es la primera alcaldesa de una gran ciudad de Marruecos, un país donde todavía queda mucho por hacer para alcanzar la igualdad
Actualizado: GuardarHasta hace muy pocos años, las mujeres marroquíes podían ser repudiadas por sus maridos y acabar, de la noche a la mañana, en la calle y sin la custodia de sus hijos. La reforma de la 'mudawana', el código de la familia, ha acabado con esta práctica, pero todavía queda mucho por hacer en un país donde el analfabetismo alcanza al 60% de la población femenina y se dispara todavía más en las zonas rurales. En estas circunstancias, es lógico que Fátima Zahra Mansuri, la primera mujer alcaldesa de una gran ciudad del país norteafricano, se haya convertido en un símbolo. Y también en una esperanza para todas esas mujeres que, durante décadas, se han esforzado por hacerse oír en una sociedad eminentemente masculina.
Ella puntualiza con modestia su condición de pionera: «Muchas mujeres han conseguido grandes cosas antes y continuarán haciéndolo después de mí», sentencia. Pero su logro supone un paso de gigante en este país: a sus 33 años, Mansuri ha conseguido el apoyo de sus conciudadanos para dirigir Marrakech, que, con casi millón y medio de habitantes, es la cuarta mayor urbe de Marruecos y el escaparate internacional del país. La alcaldesa atribuye su éxito al programa electoral y a la necesidad de un giro en la política local, pero también a que la mentalidad del país está cambiando: «Que los marrakechíes hayan podido elegir a una mujer como alcaldesa es un ejemplo de mentalidad vanguardista, no sólo para Marruecos, sino para muchos lugares del mundo», afirma con su habitual seguridad y reforzada por los votos.
Mansuri nació en 1976 en la misma ciudad que ahora dirige. Estudió Derecho en Francia y, al regresar a su país, abrió un gabinete de abogacía especializado en asuntos inmobiliarios. El interés por la función pública le viene de familia, ya que su padre, Abderahman Mansuri, fue el antiguo pachá, el adjunto al gobernador de Marrakech. Sin experiencia previa en la política, la joven regidora se presentó a las elecciones municipales del pasado junio con el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM). La formación, fundada en 2008 por Fuad Ali Himma, amigo íntimo del rey Mohamed VI, ha arrasado en los comicios proyectando una imagen de cambio. Sus primeros meses en el cargo, no obstante, han estado envueltos en la polémica. Poco después de las elecciones, un partido opositor denunció irregularidades en el voto y un tribunal de la ciudad anuló los resultados. Sin embargo, el mes pasado, Mansuri volvió a la alcaldía al ser invalidada la sentencia por el tribunal de apelación de Marrakech.
Gran potencial
Fátima Mansuri se muestra optimista y espera que en el futuro se pueda ver a más mujeres en cargos de responsabilidad. «Pero no por el simple hecho de que sean mujeres, sino por el enorme potencial intelectual que existe en esa mitad de la población marroquí», defiende.
Marruecos ha dado un gran paso en los últimos años en materia de igualdad, asegura la regidora. Muestra de ello es la cuota femenina del 12% de los cargos municipales que se reservó en los pasados comicios. Antes de estas elecciones, sólo 137 mujeres ocupaban cargos públicos en el país norteafricano. Y sólo una era alcaldesa: Asmaa Chaabi, presidenta de la comuna de Esauira.
Mansuri también destaca la trascendencia de la reforma en la 'mudawana', «que ahora es más eficaz y otorga casi paridad a la mujer». Este cambio, de todas formas, no ha sido aceptado por algunos sectores de la sociedad, principalmente los más islamistas, que consideran que otorga demasiados derechos a la mujer. «En todas las sociedades siempre hay sectores más vanguardistas y otros más conservadores», reflexiona la alcaldesa, que opina que los marroquíes acabarán por comprender y aceptar este código.
El gran reto pendiente es la educación: «Resulta fundamental, sobre todo, incitar a las familias a que manden a sus hijas al colegio», expone con vehemencia. «La formación que se dé hoy moldeará a las mujeres del mañana». Seguro.