Colarse en la Casa Blanca
Una pareja de Virginia burla todos los controles de seguridad para codearse sin invitación en la primera cena oficial de Obama
NUEVA YORK.Actualizado:En el país del 'reality show', salir en la tele no tiene mérito. Hay que bombardear como sea los hogares de todo el mundo. Dar el pantallazo, como hicieron los Henee al convencer a las televisiones de que su hijo de 6 años surcaba los cielos en un globo de helio, o colarse en la fiesta de la Casa Blanca, como hicieron el martes los Salahi.
Tiene mérito, no es como colarse en una boda. Hay que pasar verjas, sistemas de seguridad, detectores de metales y la criba implacable de los servicios secretos, donde a buen seguro rodarán cabezas después de esto. Por algo es la primera vez que pasa en la historia moderna.
Michaele, una rubia escultural, se vistió con un sari festivo acorde a la ocasión: la primera cena de Estado que dan el presidente Obama y su esposa, en honor del primer ministro de la India Manmohan Singh.
Su marido, Tareq Salahi, de smoking y pajarita. Los dos posando para las cámaras mientras un marine anunciaba su nombre por los altavoces, y la prensa preguntándose «¿quiénes son éstos?». Entre los más de 300 invitados se encontraban estrellas de Hollywood como Steven Spielberg y de televisión como Katie Couric, pero la pareja fue a por las grandes figuras políticas. El vicepresidente Joe Biden, campechano como pocos, le pasó a Michaele el brazo por la cintura mientras posaba para la foto. Un poco más estirado pero igual de sonriente, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Rahm Emanuel, al que precisamente le tocará depurar responsabilidades, aparece también junto al matrimonio en las fotos que se han apresurado a colgar en Facebook.
Todo les iba sobre ruedas hasta que llegó la hora de sentarse en las mesas para cenar, donde obviamente no tenían asiento asignado. Hasta ahí llegó su aventura, así que se escurrieron hacia la salida con el tesoro que les ha convertido en estrellas y en criminales. Porque si se demuestra que mintieron a los funcionarios públicos para entrar en la Casa Blanca, como no puede ser de otra manera, habrán cometido un delito federal castigado con la cárcel.
La pareja de Virginia había grabado un piloto para la serie de televisión 'Las verdaderas amas de casa de Washington', que la cadena Bravo todavía no ha emitido, pero que ahora vale su peso en oro.
Por algo estuvieron a un paso del presidente Obama, supuestamente el más protegido de todos los tiempos. Por el momento se reservan la exclusiva y han contratado a una educada publicista: «Los Salahis se sienten honrados de haber sido parte de tan prestigioso evento», dijo por toda respuesta.