Regreso al hotel del terror
El Taj Mahal de Bombay lucha por recuperar su esplendor un año después de la matanza Los minuciosos registros para acceder al lujoso recinto reflejan el temor latente a nuevos asaltos
Actualizado:26 de noviembre de 2008. Bombay, motor económico de India, se transforma en un infierno. Explosión. Un comando terrorista, formado por chavales de entre 20 y 25 años, emprende nueve ataques de forma simultánea en distintos puntos del barrio de Colaba, el distrito financiero de una ciudad de 17 millones de habitantes. Bombas, granadas, fusiles de asalto AK-47, rifles... Boom. Cualquier arma les servía para provocar el caos, para derramar sangre... Para matar. Boom.
El Taj Mahal Palace and Tower, uno de los hoteles más lujosos del mundo, 'reservado' a la elite india y a hombres de negocios, turistas y políticos extranjeros, padeció esta operación indiscriminada con un balance total de 166 fallecidos (23 extranjeros) y casi 300 heridos (dos españoles). «Fue un milagro que no acabaran con más gente, porque había más de 1.500 huéspedes», recuerda Parinita Gawri, directora de relaciones públicas del grupo Taj en Bombay.
Ayer se cumplió un año de esta tragedia. Y el tiempo quizá ha curado las heridas físicas -ya no hay nadie de baja en la plantilla-, pero no las psicológicas, ésas que torturan con la posibilidad de que los atentados se puedan repetir. Se nota en la ciudad y en este establecimiento que aún lucha por recuperar su esplendor.
Un grupo de periodistas españoles, entre ellos el enviado especial de este periódico, ha vuelto para visitar el hotel del terror. En la recepción, aguardan el inicio del 'tour', tomando imágenes. De repente, Uday, miembro del amplio equipo de seguridad, anchas espaldas, traje negro, cara de pocos amigos, se acerca al relaciones públicas del Taj Mahal. «Están haciendo demasiadas fotografías. Puede ser peligroso», le advierte. Nikhila Palat responde tajante: «Están trabajando. Son reporteros».
El temor aún permanece a flor de piel. Se nota también en el control de acceso, más propio de un aeropuerto que de un hotel. «Seguimos el protocolo dictado por el Gobierno indio. Nos dio unas directrices que cumplimos a rajatabla», justifica la responsable de protocolo. Elude concretar esas normas. También cuantificar el personal de seguridad: «No podemos revelar datos por la propia seguridad del hotel y de sus clientes. Hemos recibido unos cursos especiales. Todos estamos entrenados para dar seguridad», recalca.
Por cualquier rincón
No dejan ningún recoveco sin atender. Tampoco las obras se escapan de sus ojos atentos. Recuerdo de aquellas sesenta horas de asedio armado, de lucha contra los terroristas que se amotinaron en la zona del palacio, el área más antigua del hotel y la más afectada. De hecho, el centro de operaciones, el núcleo desde el que el comando integrado por yihadistas paquistaníes pergeñó la matanza, se concentró en la habitación 630, en el sexto piso de un edificio que exhibe todavía las heridas.
En muchas ventanas, 'lucen' tablas de madera para evitar que pase la lluvia y el viento. En otras, ya se han colocado las nuevas, pero sus plásticos revelan que están recién salidas del almacén. En los bajos, en un amplio corredor de marmol, en el que los grandes emporios del lujo -Montblanc, Loius Vuitton y Ermenegildo Zegna, entre otros- asientan sus tiendas, se reforman los tres restaurantes derruidos. Más arriba, del segundo al sexto nivel, las habitaciones, la mayoría suites, recuperan su gloria y comodidades.
-¿Y cuándo estará todo listo?
-Esperaremos a abril o mayo. Aunque podríamos abrir ya muchas habitaciones, queremos poner a disposición todas a la vez para darle más solemnidad. Las hemos dejado como antes del ataque. Iguales.
Se prepara para entonces una majestuosa reinauguración, propia de un establecimiento incluido en los denominados 'hoteles de lujo del mundo'. No obstante, será la última parte de un reestreno escalonado. El pasado 21 de diciembre, menos de un mes después, ya se reabrió con la torre, un mayúsculo edificio de diecinueve plantas inaugurado en 1973, como epicentro. En este espacio, donde se encuentran el exquisito vestíbulo y la recepción, se descubrió un monolito con los nombres de las víctimas.
El árbol de la vida
No es fácil esquivar su imponente recuerdo. Se encuentra en un patio interior visible desde el hall prina través de un cristal y, junto a él, se ha plantado un 'árbol de la vida'. En el recibidor, un libro acumula emotivas dedicatorias, la mayoría de ánimo para los trabajadores, que en los últimos diez días han rendido tributo a los fallecidos participando en encuentros con sus familiares.
El horror, no obstante, recuperó ayer su máxima intensidad. Llegó el primera aniversario de la tragedia y la plantilla del hotel quiso rendir un nuevo homenaje a las víctimas desde la intimidad. De puertas afuera, en cambio, el Taj Mahal se prepara para nuevos estrenos. «En pocos días se reabrirán los restaurantes y a mediados de 2010 todo volverá a la normalidad».
-¿Tienen ya reservas para esas fechas?
-De momento -explica Palat- hemos recibido muchos correos electrónicos. Las habitaciones del segundo, tercer y cuarto piso se podrán reservar desde enero. Mucha gente llama. Sí. Estamos muy agradecidos por ello. El día que abrimos, el 21 de diciembre, tuvimos una ocupación del 65 %. Mucha gente sólo hacía el 'check-in', sin dormir, como muestra de solidaridad.