Economia

«Por qué lo llaman reforma laboral si quieren decir recorte y despido»

Cándido Méndez Secretario general de UGT

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Cándido Méndez es amigo de las expresiones redondas, de las que tiene un extenso repertorio que renueva periódicamente, a medida que los temas de actualidad lo exigen. En esta ocasión ha recurrido a parafrasear la exitosa película de Manuel Gómez Pereira y se pregunta por qué empresarios y otros sectores de la derecha llaman «reforma» a lo que él considera «recorte de los derechos laborales». La expresión avanza las posibilidades de éxito que tiene la negociación de una nueva reforma laboral si no se renuncia antes al abaratamiento del despido.

–¿Para cuándo prevé UGT la salida de la crisis?

–No se puede hablar de recuperación económica si no se crea empleo, y ni en España ni en Europa va a suceder eso en 2010. Así lo dice la OCDE, que prevé que en Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido suba el paro más que en España.

–Muchas voces piden una reforma laboral para acercar en el tiempo esa recuperación ¿Qué ofrecen los sindicatos y qué exigen al respecto?

–Yo creo que lo primero es compartir el diagnóstico. No tememos la reforma; el problema es su contenido. ¿Por qué lo llaman reforma si quieren decir recorte? ¿Y por qué lo llaman contrato si quieren decir despido? Nosotros sí queremos cambios, pero los que necesita nuestro país: en el modelo energético, en el sistema educativo –formación profesional particularmente–, en lo tecnológico y en el refuerzo del sector industrial (enumera con los dedos). Es decir, reorientar nuestro patrón de crecimiento.

–¿Y usted cree que con esos cambios la economía española abandonaría el vagón de cola?

– Son también necesarios otros factores. Los que afecten a la estructura productiva. Y pondré un ejemplo: los dos países de Europa donde más ha crecido el paro son España e Irlanda, y se debe a su estructura productiva. Es este factor y no el coste del despido lo que explica esa evolución, en dos países con modelos laborales muy distintos.

Lamenta que las sucesivas reformas laborales –la última fue Aznar en 2002, que califica de ‘despido exprés’– hayan estimulado una flexibilidad «externa» para afrontar problemas de productividad, y que se haya convertido en un «inhibidor» de la inversión en «capital tecnológico». «Es más barato despedir que crear valor añadido», denuncia.

–¿Y tan importante es el tamaño de las empresas?

– En España, más del 90% son microempresas, y en Alemania, más del 80%. Nosotros aportamos a la UE más empresas que Alemania, pero mucho menos valor añadido y menos empleo. Por lo tanto, tenemos compañías muy vulnerables a causa de su tamaño. Hay que aglutinar a las que tienen poca capacidad para abordar el cambio tecnológico.

–Los incentivos a la contratación ofrecen una amplio margen económico. ¿Qué papel deben jugar en esa reforma laboral?

–Hay que reorientarlos. En momentos de crecimiento económico, merced a la rotación laboral monstruosa, se producía una situación paradójica: más de 50 tipos de incentivos del conjunto de las Administraciones, que inyectaban más de 3.500 millones de euros, mientras el Inem gastaba 6.000 millones en protección por desempleo. Es decir, se enviaba al trabajador al paro y se primaba a la empresa para que lo contratase. Eso hay que cortarlo y que esas partidas vayan sobre todo a la formación, como sucede en Europa, donde alcanza el 65% de las ayudas. En UGT pensamos que en el mercado laboral hay que propiciar cambios para restringir el abuso de la temporalidad y para proteger más a los trabajadores en caso de despido. Ésa es la reforma que pretendemos y vamos a defender.

–Usted defiende compañías más grandes, pero los empresarios tienen pánico, con frecuencia, a rebasar los 50 trabajadores, al tener que crear un comité de empresa...

–Ésa es una visión defensiva de los empleadores. El movimiento sindical se caracteriza en España por su responsabilidad ¿Por qué tenemos el sector del automóvil mas productivo del mundo? Pues por la responsabilidad de trabajadores y sindicatos .

– ¿Cómo va a enfocarse este asunto el diálogo social?

–Deberíamos abrir un proceso que tenga como ámbito la negociación colectiva hasta 2012, en el que incorporaremos la protección del empleo y de los salarios y el aumento de la productividad. Pero los trabajadores tienen que percibir que el reparto de los sacrificios es equilibrado.

–¿Han llegado a plantearse en algún momento la convocatoria de una huelga general?

– Las huelgas generales en nuestro país siempre las hemos convocado contra agresiones concretas contra los derechos generales de los trabajadores. Convocamos tres contra Gobiernos socialistas y una contra un Gobierno de la derecha. Ese recorte de derecho.