La UE deja sin ley al cine español
El retraso en la concesión de ayudas, provocado por la revisión del texto legal en Bruselas, enfrenta a productores y cineastas con el Gobierno
Actualizado: GuardarLa ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, ha encontrado el avispero dentro de su propia casa. Nombrada por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero para que estableciera con el sector cinematográfico -ella es guionista y directora- una relación más fluida que su predecesor, César Antonio Molina, la ministra se enfrenta ahora a la revisión de la Ley del Cine por parte de la Comisión Europea, lo que retrasará en varios meses la concesión de ayudas a las películas.
Zapatero esperaba que González-Sinde le hiciera ganar amigos entre los profesionales de la pantalla. Pero nadie muestra ni una pizca de entusiasmo. Ni los productores, que se llevan las manos a la cabeza por la parálisis que sufrirán sus proyectos, ni los Cineastas contra la Orden (ministerial), que reclamaron a Bruselas la revisión del texto legal porque deja sin dinero público a las producciones con un presupuesto menor a los dos millones de euros o una asistencia inferior a los 60.000 espectadores, una medida contraria al cine independiente y de autor, culturalmente diverso.
Ni siquiera la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) está contenta con la norma, porque al beneficiar sus proyectos sobre el de los hombres, crea un «impacto negativo». «Al establecer una preferencia incondicional por las mujeres, podrían surgir dudas de legalidad dentro del derecho comunitario», argumentó ayer este grupo en el que se encuentran Isabel Coixet, Marta Belaustegui, Dunia Ayaso y Aizpea Goenaga. CIMA, que agrupa a unas 250 profesionales, considera que la ley «está jurídicamente mal hecha, ya que propone medidas de acción de positiva muy equivocadas».
La ministra pide paciencia, mientras todas las miradas se dirigen hacia la persona que ha tramitado la norma, el director general de Instituto de Cinematografía Ignasi Guardans. El texto legal se publicó en el BOE del 24 de octubre y Guardans pidió a Bruselas la ratificación por la vía de urgencia, convencido de que la aprobación sería un mero trámite. Ahí fallaron sus previsiones.
La cabeza de Guardans
El colectivo Cineastas contra la Orden -en el que militan unas 200 personas, entre ellas Fernando y David Trueba, Javier Rebollo y Felipe Vega- presentó una serie de alegaciones basadas en la marginación del cine de presupuesto modesto y de la diversidad cultural, que la Comisión Europea ha decidido leerlas con atención. Como resultado, la convocatoria de las ayudas, que iba a publicarse el 31 de diciembre, se postergará hasta que llegue la aprobación de la capital belga. La ministra aseguró ayer que «en ningún caso rodarán cabezas», en referencia a Guardans. «Pero si tiene que ir a Bruselas a trabajar y pasarse allí más tiempo conferenciando, irá», añadió. En unas declaraciones recientes, afirmó que si la norma no se aprobaba por la vía prevista habría que «desterrar» a su colaborador, al que los Cineastas contra la Orden han acusado de mantener una postura muy tensa las veces que se han reunido con él.
Para González-Sinde, sólo es cuestión de esperar «un mes, cuatro o los que sean». Y esta indefinición pone de los nervios a los miembros de la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales Españoles (FAPAE), que instan al Gobierno a que «se mueva con la celeridad suficiente» para que no haya un parón histórico que dé al traste con las previsiones para 2010.
Según el presidente de la FAPAE, Pedro Pérez, el retraso en las las ayudas afectará unas veinte películas que tendrían que producirse el año próximo y a otras que se ya se han rodado y que esperan las subvenciones posteriores al estreno. Sobre la posible paralización de algún proyecto, Pérez reconoció que, de momento, no se ha producido un caso de ese tipo. «Todas las organizaciones institucionales, es decir, las representativas, estamos de acuerdo con la orden ministerial. Por eso no creo que Bruselas atienda a quejas particulares, por muy respetables que sean».
Los Cineastas contra la Orden no se consideran culpables de haber empezado la situación de vacío legal en la que ahora se halla el cine español. «Quizá la causa haya sido que la orden se ha publicado en el BOE antes de consultar a Bruselas. Hemos planteado lo mismo que planteamos a Guardans y a González-Sinde, sin que nos hicieran caso». El político catalán llegó a afirmar que «quienes crean que por su condición artística van cobrar millones del Estado, lo tendrán difícil».