Toros sueltos
Actualizado:En mi infancia, en el Colegio de San Felipe Neri, recitábamos en más de una ocasión las fábulas de Esopo y, sobre todo, aquella de los galgos y los podencos en los que la liebre intentaba descifrar que tipo de perros los perseguía.
El pasado domingo, a cuenta de la desbandada de los toros de la película der Ton Crui más de uno debió pensar lo mismo al ver la cabalgada de los morlacos por los callejones: ¡que son toros! ¡no! ¡Qué son novillos! ¡Qué muy bien vistos los tengo!
Entre bromas y veras, los mansos correteaban por el barrio de la Viña haciendo de las suyas.
En una ciudad como Cádiz, donde por el arte de birlibirloque hace ya muchos años que no tenemos plaza de toros ¿Cómo se nos ocurre promover un encierro al estilo San Fermín? ¡Si aquí no vemos toros desde los tiempos de María Castaña!
Es como la canción de Paco Alba ¿no veis que aquí no tenemos caballos porque no sirven pa i a pescá?.
Pues eso, a lo dicho, en vez de promover peliculitas de amor y besitos en las puestas de sol de la Caleta no se nos ocurre otra cosa que engalanar las calles con pañolitos rojos, desmantelarlo todo, y soltar una ristra de negros zainos por la calle Ancha.
La cosa, queramos o no, ha sido graciosa, peligrosa, pero graciosa, y sobre todo reír, reír, con los comentarios de los internautas en La Voz Digital. Algunos pá tirarse al suelo.
Se paró el rodaje para reforzar las vallas, asegurarlo todo y ya han vuelto los toros del corral pá corretea por las calles.
Y, que no falten, porque pá una vez que se le pueden sacar algunas perrillas al asunto, no vaya a ser que se estropee, que no estamos para muchas bromas ¿o no?