
Pakistán procesa a siete detenidos por la matanza de Bombay
Se cumple un año de la muerte de 166 personas en los nueve atentados que sobrecogieron India
Actualizado: GuardarFueron 166 muertos, 23 de ellos extranjeros, y sesenta horas de terror en Bombay. Un año después del particular 11-S indio, la justicia de Pakistán decidió imputar a siete sospechosos a quienes se les acusa de estar relacionados con la planificación y ejecución de los atentados de la capital financiera de India. Entre los imputados figuran Zakiur Rehman Lakhvi y Zarar Shah, dos destacados dirigentes Lashkar-e-Taiba (LeT), organización yihadista con base en Pakistán que lucha por la anexión de Cachemira a ese país. Pese a que en un primer momento un grupo que se presentó como Deccan e Muyahidín reivindicara el ataque vía correo electrónico, India siempre ha defendido la autoría de LeT y ha presionado a Islamabad para iniciar el procesamiento de sus cabecillas.
«Han sido acusados bajo la ley antiterrorista y el Código Penal paquistaní», informó a la agencia France Press el abogado Shahbaz Rajput intentando alejar cualquier duda sobre la posible injerencia india en el caso. Si el tribunal los declara culpables, estos siete ciudadanos paquistaníes que permanecen encerrados en una cárcel de máxima seguridad podrían pagar su vinculación con los actos de Bombay con la pena de muerte. Entre la lista de acusados destaca la ausencia de Hafiz Saeed, el líder de Jamaat-ud-Dawa, el grupo islamista del que proviene LeT, que permaneció en arresto domiciliario durante seis meses, pero que finalmente fue puesto en libertad. Desde el primer momento India acusó al Gobierno paquistaní de planificar el ataque, pero Islamabad negó rotundamente cualquier implicación.
Los medios locales recogen ahora el procesamiento de estos siete sospechosos como la muestra de buenas intenciones de Pakistán en su lucha contra el terror.
Yihad urbana
Diez hombres con una mochila cada uno en la que llevaban siete cargadores con cincuenta balas, ocho granadas de mano, un fusil AK-57 (hermano mayor del mítico AK-47 soviético), una pistola automática y varios kilos de frutos secos -también LSD, cocaína y esteroides, según la Policía india-, pusieron en jaque la seguridad de toda una potencia nuclear como India y mostraron al mundo el poder de lo que fue bautizado como el primer gran ejemplo de yihad urbana. El 26 de noviembre de 2008 desembarcaron en la zona de Maachchimar Nagar, en Bombay, se dividieron en parejas y pusieron en marcha una operación que llevaban al menos un mes planificando y que logró concretar nueve ataques en una hora y ocupar posteriormente tres puntos clave del sur de la capital financiera del país.
Sólo uno de los terroristas sobrevivió. Azam Amir Kasav, un joven de veintiún años natural de Faridkot, que desde entonces permanece en prisión. Gracias a su testimonio se ha podido avanzar en la investigación de unos sucesos que rompieron de nuevo las frágiles conversaciones de paz entre India y Pakistán.