El ministro del Interior replica al PP que «lo de Sitel es por 'Gürtel'»

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, glosó ayer en un pareado la estrategia del PP en relación con el Sistema Integrado de Interceptación Telefónica. «Lo de Sitel es por Gürtel», dijo en la sesión de control al Gobierno en respuesta al diputado popular Carlos Floriano con el que mantuvo la semana pasada un rifirrafe.

El PP bajó el tono de sus exigencias en la regulación por ley orgánica del sistema de escuchas policiales y todo indica que quiere entregar el relevo en esta batalla a PNV y CIU, partidarios de completar la legislación que da cobertura a Sitel. Fuentes de la dirección nacional del PP reconocieron que su posición en la polémica se había visto debilitada por las declaraciones de la consejera de Justicia de la Comunidad Valenciana, Pilar Sánchez, que adelantó que el Consell planea pedir la nulidad del caso Gurtel si se confirmaba que la policía empleó este sistema de escuchas digital para grabar conversaciones entre el presidente autonómico, Francisco Camps, y el responsable de Orange Market, Álvaro Pérez. De hecho, el titular de Interior atribuyó a la portavoz del gobierno de Camps la explicación de la motivación última que atribuye a la estrategia de los populares con este asunto.

Sin permiso

Alfredo Rubalcaba tuvo que responder a una pregunta del diputado Carlos Floriano, alusiva a la dialéctica protagonizada por ambos. «¿Tiene el ministro del Interior autorización judicial para escuchar todo lo que digo?», inquirió.

En su respuesta, Rubalcaba dijo que ni él ni ningún ciudadano necesitan permiso para ver y oír lo que dice un diputado en la radio o la televisión. Además, reconoció que había aprendido una lección del percance. «Si tenéis que hablar con Floriano y Gonzalez Pons, nunca vayáis solos, siempre (id) acompañados y con un notario», recomendó a los parlamentarios.

Gónzalez Pons, al término de la sesión, avisó de que lo más adecuado para hablar con el titular del Interior es «llevar un abogado». Minutos antes, y durante el cara a cara en la Cámara, Floriano reprochó a Rubalcaba que «no es de fiar» y alegó que, en su día, «negó la existencia de los GAL y dijo haber verificado que ETA había abandonado las armas». Además, le acusó de haber pertenecido a un Gobierno cuyo vicepresidente, Narcís Serra, tuvo que dimitir tras el escándalo de las escuchas ilegales realizadas por los servicios de inteligencia (CESID).