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La lucha de San Onofre
Los vecinos, impotentes ante la ausencia del Consistorio, están preocupados por la posible llegada de los vándalos a sus casas al darse ya casos de robos de tuberías y cobre
SAN FERNANDO Actualizado: GuardarMiedo. Es lo que sienten los vecinos de San Onofre cuyas viviendas lindan con las que se derribarán para prolongar la avenida de La Marina. Su temor se fundamenta en la falta de seguridad ya que en las casas abandonadas están entrando personas para robar las tuberías y los hilos de cobre cuando no se ha cortado ni la luz ni el agua. El resultado: riesgo de inundaciones y de incendios. Tanto es así que ya de uno de los locales, en el que estaba situada una floristería, el agua sale de la puerta hacia la calle, sin que hasta el momento se haya puesto remedio.
No se han taponado las puertas de las casas, lo que ha facilitado la entrada de personas por las noches y los vecinos alertan de un incremento considerable del vandalismo. Algunos incluso han tenido que sellar las ventanas comunes a los patios con vallas ya que, en varias ocasiones, han intentado entrar en los domicilios habitados.
Muebles, colchones, sofás, peluches, fotos y cristales. Las casas que hacen unas semanas eran los hogares de vecinos del barrio, presentan ahora una imagen dantesca. Lo que más temen los residentes es que el lugar se convierta en una zona de encuentro para pandillas y de refugio para drogadictos. Ya han alertado de esta posibilidad ante la falta de control para evitar que esto suceda. Temen que uno de los múltiples enseres -tirados por los suelos de las viviendas- prenda y provoque un incendio o que una de las viviendas se anegue y perjudique al resto.
«Por las noches se ven luces encendidas y gente que entra y sale. Aquí hay muchas familias con niños pequeños y el estado en el que se encuentran las viviendas no es ni higiénico, ni aceptable por lo que pedimos una solución al Ayuntamiento. Nos da igual si deciden tirarlas mañana o limpiarlas y sellarlas, pero que lo hagan cuanto antes», afirmaba José María Olvera, uno de los vecinos más afectados de la zona en cuestión.
Olvidados
Paco Sainz regenta un asador en el lugar y también ve «movimientos sospechosos de personas y un estado lamentable. El agua sale de algunas casas y no hacen nada, hasta que pase algo claro. Nos tienen olvidados».
Precisamente es una de las quejas más comunes de la barriada, ya que los vecinos denuncian la falta de inversión del Ayuntamiento en un lugar que fue tachado como «un barrio marginal de San Fernando», recordaba Sainz. Es por ello que solicitan una implicación municipal más comprometida y sobre todo que impidan la entrada de personas a unas casas cuyas paredes se caen por las grietas para sacar las tuberías y los cables.