PAN Y CIRCO

La fiesta del tenis

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Se disputa en Londres esta semana la Copa Masters, torneo que supone el fin de fiesta para la temporada, a excepción de la particular que vivirán España y la República Checa en la final de la Copa Davis de Barcelona en el mes de diciembre. Londres es una ciudad óptima para la disputa de un torneo de este calibre, ya que el viaje a Shangai, ciudad donde se disputaba hasta este año, implicaba cambios de horarios y aún más desgaste para unos tenistas que llegan a final de temporada con la gasolina justa. Claro ejemplo es Andy Murray, local y uno de los principales favoritos, que reaparece tras varias semanas. El número uno del mundo, Roger Federer, tan sólo ha disputado el torneo de su ciudad, Basilea, desde el Open de EEUU. Una primavera y verano que le permitieron arrebatar el número uno del mundo a Rafa Nadal ha hecho que deba administrarse para llegar con posibilidades a uno de los torneos más exóticos y espectaculares del año. El propio Nadal llega con la mente puesta en la final de la Copa Davis que el año pasado no pudo disputar. Quiere evitar cualquier lesión y sabe que en la actualidad la falta de confianza y de ritmo le impiden ser favorito. Claro ejemplo es la derrota ante Soderling, su verdugo en Roland Garros que le ha vuelto a ganar con pasmosa tranquilidad. Echamos mucho de menos su rabia en la pista, su genio, su fortaleza mental. El tenis es un estado de ánimo como demuestra Fernando Verdasco cada vez que sale a la pista. Es capaz de arrasar a cualquier tenista en cualquier superficie, pero cualquier detalle le saca de un partido y eso le condena. Del Potro y Davydenko han hecho un gran final de temporada, pero llegan quizás con demasiados partidos en las piernas. Nos queda Djokovic, desde mi punto de vista claro favorito para repetir campeonato. Volverá a ser maestro. De no ser así, me dejará por mentiroso. No me lo tomen en cuenta.