«Con la plantilla que tenemos, si hay un ajuste de cuentas entre presos no nos enteramos»

Piden más medios, una mayor categoría profesional, pero sobre todo más seguridad dentro de las prisiones, para evitar que la masificación de las cárceles acabe, como denuncian, en un aumento de las agresiones entre internos. Para hacerse oír, ayer unos 500 delegados sindicales de los funcionarios de prisiones de toda España se manifestaron en Madrid ante la sede de Instituciones Penitenciarias, convocados por los sindicatos Acaip (mayoritario), USO y CSIF. Juan Carlos Sánchez es delegado de Acaip en El Puerto, que según denuncian, están desbordados.

-¿Qué asuntos denunciabais con la manifestación?

-En los dos últimos años ha habido un aumento de la población reclusa de entre 15.000 y 20.000 presos, pero el aumento de funcionarios ha seguido prácticamente igual. Se podría decir, incluso, que ha bajado, porque se han creado nuevos centros en los que se han tenido que repartir los funcionarios. Además han incumplido pactos, como el aumento de nuestra categoría laboral a nivel 18. Un funcionario de prisiones ingresa con el 15, mientras que para ser Policía se requiere menos preparación y tienen nivel 17.

-¿Cuál es la situación actual de las cárceles gaditanas?

-Estamos a tope: en la mayoría de centros tipos, con una capacidad de 1.008 celdas, andan ya por los 1.900 reos. Así que hay módulos en los que conviven dos personas por celda, cuando la Ley Orgánica General Penitenciaria obliga que haya sólo un interno por celda.

-¿Hace falta un nuevo centro penitenciaria en la provincia?

-Hace falta otro centro, pero no en Cádiz, sino en otra provincia limítrofe como Málaga, Sevilla o Córdoba. Porque los cuatro centros gaditanos absorben ya la población reclusa de media región.

-¿Cuáles es el principal problema con el que os enfrentáis en Cádiz?

-El principal problema es que la relación de puestos de trabajos no se ha elaborado de forma lógica, y ahora hay una ratio de dos funcionarios o menos (de uno y medio), por cada 120 internos. Cuando hay poco personal si hay un ajuste de cuentas o una pelea es posible que no nos enteremos hasta que requieran los servicios sanitarios o los forenses.

-¿Se han dado situaciones peligrosas este último año?

-De memoria, recuerdo un apuñalamiento de un compañero en el glúteo con un bolígrafo... Ha habido un aumento de las agresiones, no contra los funcionarios, pero sí entre los propios internos.

-¿Cómo es el día a día de un funcionario dedicado a la vigilancia?

-En un centro penitenciario de primer grado, el día a día es de constante tensión. No sabes cómo van a reaccionar los internos de bandas armadas, rusas, chinas o los latin kings... Los módulos de segundo grado son más tranquilos, pero tienes el problema de la droga, que en un 98% entra en comunicaciones con la familia, ya que cada día pasan 200 visitas y el juez no nos deja pasar por Rayos X a todas. Si entra cocaína o heroína, se altera el funcionamiento normal de la prisión.