Apuntes

Sangrienta intolerancia

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La atribución a una disputa política de la matanza perpetrada en la provincia filipina de Maguindanao, de mayoría musulmana, puede llevar a trivializar el cariz de un intolerable estallido de violencia que se ha saldado con 13 mujeres y ocho hombres decapitados. Resulta de por sí espeluznante el modo en que los asesinos acabaron con la vida de sus víctimas, entre los que se encontraban la esposa y otros familiares del político que tenía previsto disputar las elecciones de dentro de unos meses al gobernador Andal Ampatuan, además de abogados y periodistas partidarios del aspirante. Pero también es sobrecogedor que todas las sospechas apunten directamente a sicarios vinculados a Ampatuan, al que se acusa de tratar de anegar en sangre las aspiraciones de su rival. Lo ocurrido implica tal brutalidad que cuesta aproximarse a ello desde la realidad de las sociedades democráticas.