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CHARLETAS GADITANAS

Una gran bronca

EDUARDO LUMPIÉ | ciudadanos@lavozdigital.es
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La pasada semana paseábamos unos amigos y yo por la plaza de Las Flores, la Catedral, calle Pelota y San Juan de Dios viendo el extraordinario ambiente que era facilitado por la arribada al puerto de varios buques de cruceros y algunos autobuses que también traían a nuestra ciudad visitantes. Todos con sus máquinas fotográficas paseando plácidamente y, por qué no decirlo haciendo algunos gastos que tan bien le vienen a la ciudad. Esto nos recordó aquél 3 de febrero de 1967 que también en el muelle habían atracado una serie de barcos, esta vez de la marina de guerra francesa. Estos venían de estar realizando, durante unos días, maniobras, y llegaban al puerto para poder disfrutar de unos días de descanso. Esto dio lugar a que muchos de ellos probaran en demasía nuestros ricos caldos, creyéndose que habían tomado la ciudad. La gran bronca comenzó en un bar del barrio de Santa María, donde estos marineros «gabachos» se propasaron con algunas mujeres y ello dio lugar a la intervención de los hombres del barrio. La bronca se fue llevando hasta San Juan de Dios. Allí ya intervinieron taxistas, Policía Local, camareros y vecinos en general.

Corrían los marineros hasta el muelle, saltando la reja como si fueran a sacar a la Virgen del Rocío en la noche almonteña, pero estos era para alcanzar los barcos lo más rápido posible. Se produjeron muchas anécdotas, desde que un policía local repartió «tela» entre los marineros y que con la gracia de Cádiz le llamaron Agustina de Aragón, pasando por los taxistas que también dieron lo suyo. Hubo quién decía que tenían que llevarlo hasta el puente Zuazo, en San Fernando, para que vieran dónde también se les dio en aquellos tiempos para ir pasando. Con la llegada de la Policía Naval, tanto la francesa como la española, la cosa ya se calmó. El almirante de la flota dio orden de zarpar a la vez que pedían disculpas a las autoridades gaditanas. Por aquellos días se cantaba una canción que decía: «Con las bombas que tiran los fanfarrones se hacen las gaditanas tirabuzones».