la crisis del motor

Koenigsegg 'deja tirado' a General Motors y renuncia a comprar Saab

El productor sueco de coches rompe las negociaciones por los retrasos continuos en el cierre del acuerdo, previsto inicialmente para septiembre

COPENHAGUE Actualizado: Guardar
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El productor sueco de coches deportivos Koenigsegg ha anunciado la ruptura del acuerdo con la multinacional estadounidense General Motors para la compra de su filial sueca Saab Automobile, tras seis meses de negociaciones entre las partes. Koenigsegg ha señalado en un comunicado que los retrasos para cerrar el pacto habían causado "riesgos e inseguridades que impiden realizar con éxito el nuevo plan de negocio" para Saab. General Motors había llegado a un acuerdo con el grupo Koenigsegg para venderle Saab el pasado 18 de agosto, dos meses después de cerrar un pacto de intenciones.

"Lamentamos que después de seis meses de trabajo intensivo y centrado en un objetivo hayamos llegado a la dolorosa y difícil conclusión de que no vamos a poder realizar la compra de Saab Automobile", ha señalado en un comunicado el director general de Koenigsegg, Christian von Koenigsegg, que ha mostrado su malestar por los retrasos continuos en el cierre del acuerdo, previsto inicialmente para septiembre pero que se había ido demorando progresivamente por dificultades en la financiación de la compra de Saab, cuyas ventas han bajado este año cerca de un 70%.

Un acuerdo cuestionado

El Banco Europeo de Inversiones aprobó el pasado 21 de octubre un crédito a Saab por valor de 4.000 millones de coronas (unos 400 millones de euros), en concepto de desarrollo de técnicas de seguridad y de medio ambiente, considerado fundamental para el futuro de la empresa y que debe ser avalado por el Gobierno sueco. Varios inversores suecos habían puesto en entredicho la capacidad de Koenigsegg, que cuenta con 50 empleados, fabrica una veintena de vehículos de lujo y factura por valor de 10 millones de euros al año, cifras que contrastan con la producción de 94.000 vehículos anuales y una plantilla de 4.000 empleados de Saab.

Saab tiene que afrontar también una deuda que asciende a 1.000 millones de euros, si bien el tribunal de Vänersborg autorizó el pasado 17 de junio a aplazar a dos años el pago del 75% y a abonar a corto plazo el del 25% restante, tras el acuerdo con el 80% de sus acreedores. Ese mismo tribunal cerró un mes después el proceso de reestructuración de Saab, iniciado seis meses antes tras su declaración de quiebra y que había colocado a la compañía bajo administración judicial.