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Isabel María ha recibido de su madre un amor a la cocina que ha transmitido a su hijo. / A. J.
ISABEL MARÍA ROSENDO RESPONSABLE DE «EL MESÓN DE LA ABUELA ROSARIO» DE PUERTO REAL

«Cuando estoy cocinando no pienso en el negocio ni en quitar el hambre»

La cocinera cuida a sus clientes «como una madre hace con sus hijos» y apoya ideas como la Senda de las Maritatas. «Aquí ha venido gente expresamente de Algeciras»

A. JUNCAL
PUERTO REALActualizado:

Isabel María Rosendo es el eslabón más de una familia consagrada a la cocina. Su madre, Rosario Jiménez da nombre a su restaurante. Su hijo, Jesús Colorado, voló hasta la casa del prestigioso Martín Berasategui, y ahora de nuevo ha vuelto a partir. El ser premiada en la ruta gastronómica inspirada en el Doce, la Senda de las Maritatas, es un aval cuando no alcanzan el año de vida, con una cocina en la que el cariño y el sabor a lo antiguo son dos ingredientes más.

-El nombre del restaurante deja clara la importancia de su madre en lo de dedicarse a la cocina...

-La idea fue de ella, era una ilusión que tenía, y yo no le iba a dejar sola. Era como su capricho de jubilación...

-Usted procede de dos familias muy vinculadas a este mundo.

-Lo tenemos en los genes (recuerda a todos los miembros de su familia que están vinculados a la cocina), no había remedio. Mi cocina se basa en ellos...

-Habrá algunos ingredientes que serán clave en sus recetas.

-Depende del cariño y el entusiasmo que se le ponga. Si estás pensando en la persona a quien se lo vas a poner, no hay más remedio de que salga bien. Como una madre con sus hijos, así me veo yo. En ese momento, no veo ni el negocio ni el quitar el hambre.

- La saga continúa, y su hijo, Jesús, ha estado hasta hace poco a las órdenes de Martín Berasategui...

-Él lo que pretende es aprender, empaparse. Estudió en Cádiz, y sólo podía hacer prácticas aquí, pero no se conformaba. Un amigo le dijo si se iba con Martín Berasategui. Luchó mucho con el director. Fue el primero, y abrió una vía. También ha ido a San Sebastián. Cuando llevaba tres años dijo: Aquí ya estoy de más; no quiero mandar a alguien, quiero seguir aprendiendo.

Generación

-¿Le da la madre la misma importancia que el hijo al aprendizaje?

-En la cocina siempre estás formándote. Cada día se aprende. El día que te creas que ya lo sabes todo será una pena. Yo estoy haciendo un curso para volver a la cocina de 1812. Ayer mismo descubrí que hacían muchas sopas y guisos con cosas dulces... La tempura, que ahora es tan famosa, no sabemos si viene de España o Portugal pero sí que quienes la llevaron a Japón fueron los jesuitas.

-El haber sido premiada en la Senda de las Maritatas ha debido ser un aliciente para que les visiten...

-Atrae a mucha gente. Todavía llegan preguntando. Eso nos ayuda, viene bien cuando se está empezando. Se podrían hacer muchas más cosas, unas jornadas gastronómicas, o recuperar la Ruta de la Tapa. No sé si seremos nosotros mismos los que no apostamos, o que no se nos da la oportunidad. Aquí ha llegado gente hasta de Algeciras gracias a las Maritatas.

-¿Es un handicap situarse junto a los Jardines del Porvenir, lejos del circuito habitual de restaurantes?

-Ahora en Puerto Real todo está en el Paseo Marítimo. Este sitio está muy perdido, muy abandonado. Aquí hay que trabajárselo el doble. Al principio mi madre y yo estábamos como en un barco en el que no sabías por dónde tirar.

-Con el cambio de estación se plantearán nuevos desafíos...

-Tendremos una carta nueva, con productos de temporada. Hay que aprovechar cada cosa en su época. Meteremos algo especial para diabéticos, un par de postres. Se trata de satisfacer a todos. No quiero que nadie se vea diferente, mientras esté en mis manos.

-¿Y consigue respuesta?

-Es gratificante, algo de cariño. Yo lo hago porque soy así. Luego te llevas la sorpresa de que la gente es muy agradecida. Cuando me han dicho: Me recuerda a mi infancia es algo muy bonito. Una galleta, un postre, un guiso de la abuela... Eso es muy bonito.