PAN Y CIRCO

Balonmano

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Pretender a estas alturas que a Francia le retiren su permiso para viajar a Suráfrica el próximo verano sería como quitarle a Penélope Cruz ese Óscar a la mejor actriz de reparto que le dieron por la cara. Acciones que muchísimos aplaudiríamos, pero este mundo no se parece en nada al que a diario dibujamos en nuestros sueños. En el caso de la mano de Henry, que ha dejado en pañales a la del malhablado Maradona, resulta evidente que la televisión le sigue sentando muy mal al fútbol. Los tramposos -y los futbolistas lo son por naturaleza en el 99,9% de los casos- siguen teniendo cabida en este negocio porque ni una prueba tan inequívoca como las imágenes del barcelonista acomodándose el balón ante la atónita mirada de los contrarios sirve para que un partido en el que había tanto en juego se repita. Platini, ese que antes que mangante fue tramposo, no sabe dónde meterse y en Irlanda han prohibido el cava francés en cualquier tipo de celebración. Puede que al delantero galo le diera por jugar al balonmano, modalidad en la que son toda una potencia mundial, o que tuviera muy claro que su acción no tendría castigo mientras el árbitro no le pillara in fraganti. Y es aquí donde radica el meollo de la cuestión porque la clasificación para un Mundial no se puede dejar en las manos de un jugador tan pillo y un colegiado más inepto. Se impone una televisión que sirva para resolver in situ problemas que dejan al fútbol con todas sus vergüenzas al aire y no para fines mercantilistas que invitan a bajar el volumen del televisor ante la sarta de idioteces con la que nos bombardea el comentarista. De momento, propongo un brindis con cerveza negra por estos enojados irlandeses, que se han quedado por el camino y es que en el fútbol también existen hermanos ricos y pobres de esta Europa del euro, el maldito paro y las batallas fratricidas por un despacho en Bruselas.