Una de encuestas
Actualizado:L a política es esa gran hoguera de las vanidades que se retroalimenta con mentiras, uno de sus más básicos y preciados combustibles. Sería muy largo enumerar -más bien imposible- los embustes que han querido que nos traguemos todos con los dimes y diretes del Caso Gurtel o con los más de 40 días de versiones encontradas por el secuestro del Alakrana.
Me sorprendió ayer en este sentido escuchar a la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, asegurar que España no ha pagado el rescate. Me resulta muy difícil pensar que las familias de unos marineros puedan reunir 2,7 millones de euros, aunque les vaya en ello la vida de los suyos. Igual, y permítanme un guiño de humor negro, lo han pagado Joaquín Morales y Ricardo García para promocionar a sus respectivos clubes en Somalia. El caso es que en la política, la mentira diplomática o interesada lo mancha todo; y uno de los capítulos que más en duda hay que poner cuando se habla de esto es el de las encuestas.
Esta semana el PP de Jerez ha presentado un «estudio electoral» que le asegura que ganaría las elecciones municipales de celebrarse hoy mismo. La encuesta apunta un resultado de 12 concejales para el Partido Popular, 11 para el PSOE, 3 para el PSA y uno para Izquierda Unida. Deja fuera del espectro municipal jerezano a Unión Progreso y Democracia, la formación de Rosa Díez que, según se dice en los mentideros, se lo está currando parece que bien para ir a los comicios municipales con posibilidades de sacar algún representante en el sacrosanto Ayuntamiento de Jerez.
Lo de los sondeos y las encuestas ya se ha demostrado en España que fallan más que una escopeta de caña. Pero a los partidos les hace ilu gastarse un pastonazo -no son baratos estos trabajos ni mucho menos- para que una empresa del ramo prepare un cuestionario encaminado a favorecer en todas sus respuestas al cliente, es decir, el partido que paga.
Del sondeo presentado esta semana por los populares, lo único fiable que se podría recoger es que existe una tendencia de desgaste entre los votantes del PSOE. Es obvio que a Pilar Sánchez no le están saliendo las cosas como ella quisiera. Entre la crisis económica, sus enemigos internos en los pasillos socialistas y determinados errores en su gestión y en su forma de actuar al frente del Ayuntamiento de Jerez está dando ventaja a la oposición, es decir, al Partido Popular. Pero es una cuestión de tendencias, nada más.
Cómo nos vamos a creer entonces que, según esta misma encuesta, todos nuestros políticos locales aprueban. Ninguno está valorado por debajo de los cinco puntos. Ni siquiera Pedro Pacheco. Ni el nuevo líder del PSA, Santiago Casal, desconocido como él solo entre el electorado jerezano. Todos aprueban. Qué bien. Por tanto, la encuesta del PP como la que también maneja la alcaldesa -no se vayan a creer- que, por cierto, le dice que gana las elecciones pero pierde la mayoría absoluta; ambos trabajos, decía, sólo indican una dirección hacia la que pueden ir los votos o no.
Tengamos en cuenta que aún restan casi dos años para abrir las urnas en los Ayuntamientos y en ese tiempo puede ocurrir absolutamente de todo. Eso sí, el PSOE- que esta semana organizó un acto de partido en Jerez en el que González Cabaña y Luis Pizarro arroparon a la alcaldesa jerezana con la intención de acallar las voces que señalan hacia una bronca irreconciliable entre ellos- debe tomar nota del castigo que le puede infligir el electorado en las próximas municipales si no despierta a tiempo.
En el PP jerezano, por ejemplo, están la mar de contentos con su encuesta, que probablemente, haya servido además para levantar la moral de la tropa y hacer que desde García-Pelayo hasta el último militante crean que es posible volver al poder en el Consistorio jerezano. Y no olviden aquello de que la fe mueve montañas.