Tanteo y retracto
Actualizado: GuardarNo, no son dos simpáticos ratoncitos de Play House Disney. Ni dos cosas que podría hacerte tu ginecólogo, sino un derecho que tiene la Junta de Andalucía (o sea, todos nosotros) para recuperar las VPO que salen a la venta.
Según la última Ley de Vivienda, el Gobierno autonómico tenía derecho a adquirir toda vivienda protegida que saliera al mercado para, de esta forma, adjudicársela a otra persona que lo necesitara (se supone que hay muchos en esa situación).
Cuando la Ley salió, muchos promotores, pero también miles de propietarios acostumbrados a especular con sus pisos, se echaron las manos a la cabeza. Un empresario acusó entonces a la Junta de «banda de comunistas». Todo eso dicho off the record, que como se sabe es el modus operandi de los valientes. Pero una cosa es que los empresarios -que votan a la derecha- se indignen y otra que se pierda votos entre la clase media. Esa clase media (antecesora del mileurista), acostumbrada a trapichear con sus VPO vendiéndolas por la cantidad estipulada mientras por debajo de la mesa se entrega un fajo de billetes y el notario silba la copla tan española de «aquí no ha pasado nada».
Y como lo que estaba en juego eran votos, sencillamente, ese derecho de tanteo y retracto no se ejerce. Si usted quiere vender su VPO no tiene más que acudir a la Junta, devolver las ayudas, esperar la autorización y presentar al comprador. Si usted es honrado -o cree que los tiempos no están como para exigir en B- se lleva la cantidad estipulada. Si consigue engañar a un pardillo o un desesperado (especie en extinción en el mercado inmobiliario), se deshace del piso y se lleva sus milloncejos. Y la Junta, a silbar.