Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Editorial

Autónomos y competitivos

Actualizado:

L a aprobación por el Consejo de Ministros del anteproyecto de ley que contempla la protección para los autónomos que se vean obligados a cesar en su actividad por razones ajenas a su voluntad establece una equiparación moral entre éstos y los trabajadores por cuenta ajena. La medida permite atenuar el difícil trance por el que atraviesan los emprendedores que de pronto tienen que dejar de facturar; especialmente en lo que afecta a los autónomos económicamente dependientes, cuyos ingresos provienen en un 75% de prestar servicios a un único cliente. Tanto las organizaciones representativas del sector, así como las voces sindicales y algunas provenientes de los grupos parlamentarios, han coincidido en su intención de que la tramitación de la iniciativa acabe ampliando el período -un máximo de seis meses- en el que los autónomos podrán percibir la prestación por cese involuntario de actividad. Una demanda que parece razonable especialmente en aquellos casos en los que la tarea profesional del autónomo resulta tan dependiente de los avatares que atraviesa una determinada compañía que, al final, acaba encontrándose en una total indefensión respecto a los derechos que protegen a los trabajadores de plantilla. Es cierto que al extender a los emprendedores una protección análoga a la del desempleo podrían darse situaciones de abuso y fraude más difíciles de atajar que en el caso de los parados laborales. Por lo que, de incrementarse el período de percepción de la cobertura por cese de actividad, los autónomos que se encuentren en tal situación deberían verse sometidos a mecanismos de exigencia y reciclaje que favorezcan su regreso al mercado en mejores condiciones. La economía española y el cambio en el patrón de crecimiento se ven lastrados por la carencia de una cultura emprendedora. Aunque el retraimiento general respecto a esa opción contrasta con la proliferación de iniciativas aventuradas de más que dudosa viabilidad. Por lo que sería necesario prevenir que la nueva protección con la que contarán los autónomos no fomente fugaces experiencias de autoempleo, sino que se sume a un plan más integral por parte de las administraciones y la positiva disposición de las empresas contratantes para lograr que el trabajo autónomo en nuestro país sea sinónimo de competitividad, combinando la flexibilidad que brinda con su afianzamiento profesional.