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La letrada, acompañada de Rafael. / V. L.
ANTONIA ALBA Abogada de Ricardi

«Rafael sólo quiere una casa y llegar a fin de mes»

La abogada del portuense apela a la «sensibilidad» del Gobierno para que aligere los trámites

M. D. G.
CÁDIZActualizado:

La abogada Antonia Alba se ha convertido en la cabeza visible del equipo de abogados de la Apdha que ha luchado en los últimos años por defender la inocencia de Rafael Ricardi, trece años después de que fuese encarcelado por dos delitos de violación. Ahora, como su representante legal, le tocará pelear por una compensación económica. Dice que además del Derecho, también apelará a la sensibilidad del Estado.

-Solicitáis una indemnización millonaria. ¿Esperáis que os la aprueben sin reducirla?

-Tenemos esperanza de que le den lo justo para vivir de aquí hasta que Dios se lo lleve, para que viva bien, con una calidad de vida buena, y le pueda dar a su nuevo hijo lo que no le ha dado a los demás. Cualquier cantidad, no obstante, será injusta, porque no repara el daño que se le ha hecho a Rafael. Pero alguna cantidad teníamos que poner, porque no tenemos casos para comparar, ni baremos. Hay uno de 120 euros por día en prisión preventiva, pero no existe para personas condenadas por delitos que no han cometido. Esto podría crear un precedente.

-De concederse, esta sería la mayor indemnización concedida en España por un error judicial.

-Sería la indemnización más grande, sí, pero tampoco hay precedentes al caso de Rafael. Hay quien han estado en prisión preventiva, pero nadie que haya sido encarcelado más de 12 años con pruebas que demostraban su inocencia.

-En la solicitud evocáis al Ministerio algunos pasajes muy emotivos, de situaciones que ha perdido Rafael Ricardi.

-El escrito tiene una parte jurídica, pero tiene también una parte social, que es a la que apelamos. Ahora que Rafael parece que se ha recuperado, ha conseguido una pareja y va a tener un hijo, y puede interpretarse como que ha pasado todo. Deben pararse a pensar en todo lo que se ha perdido en 13 años. Además de lo que ha pasado Rafael, porque un violador en la cárcel es peor que un excluido social. Él ha dormido sin dormir, con un ojo abierto por si el de arriba le acuchillaba. Aún así, todavía evita contar cosas porque dice que aún no puede.

-Al decidir la compensación, ¿qué os pidió Ricardi?

-Nosotros nos hemos entrevistado con él varias veces antes de presentar la solicitud, para ver qué pensaba él, y siempre nos dice que le da igual, que lo que quiere es una casa y no tenerse que preocupar por llegar a fin de mes. Porque le viene un niño ya y está pidiendo el pan fiado.

-¿Le habéis gestionado en Apadha alguna ayuda social?

-Mientras esté cobrando el paro carcelario, no puede recibir otra ayuda, pero él dice que le quedan dos meses. Rafael ha aprendido a vivir desconfiando y aún vive así. Nos llama para todo, para cualquier cosa. Desconfía de todo el mundo, incluso para pedir ayuda. Nosotros no queremos un trato preferente para él, sino un trato especial, porque no tiene tiempo.

-¿En qué plazo esperáis que responda el Gobierno?

-No lo sabemos. Medio año es mucho tiempo, teniendo en cuenta la situación crítica en la que está Rafael. Desde Cádiz, miramos hacia Madrid y esperamos sensibilidad por los órganos competentes.