Menos dinero para velas y más para los pobres

Las velas de los altares de la iglesia de La Palma, en pleno barrio de La Viña, en Cádiz, se han cambiado por bolsas de alimentos. Es la otra forma de ayudar al prójimo. El arcipreste de Cádiz, Rafael Fernández, reconoce que las peticiones de ayuda se han duplicado en la capital y resulta más rentable ahora donar comida que dinero para flores y velas. Según Fernández, la situación es muy seria y las parroquias han tenido que coordinar un plan de ayuda especial apara atender la demanda de familias necesitadas. El arcipreste señala que las parroquias se ayudan unas a otras, es decir, «la que más problemas soporta recibe la solidaridad de otra con menos presión social». Fernández reconoce que el perfil de la persona necesitada ha cambiado en sólo dos años. Ahora, familias de clase media acuden a la Iglesia en busca de ayuda y «es la parroquia del barrio la que canaliza su solicitud y la que orienta para salir adelante». Rafael Fernández indica que se ha convertido en algo habitual afrontar el pago de recibos de luz, agua o alquiler. Cáritas calcula que en torno a 350.000 gaditanos viven con menos de 7.000 euros al año, que equivale a unos 500 euros al mes, y la mejor prueba de ello es que las peticiones de ayuda han aumentado un 60%.

Las cestas con alimentos que se recogen en las parroquias son distribuidas por los voluntarios en función del tipo de solicitud.