Niños en salas de espera
Cádiz Actualizado: GuardarUno de los derechos primordiales de los menores es el de tener una familia que se responsabilice de sus necesidades, que les dé afecto y apoyo. En el caso de los menores en instituciones, se presupone que una carencia en uno o en todos estos aspectos ha motivado la intervención de las autoridades y que se ponga en marcha una acción educadora que restituye a los niños el derecho de crecer en un ámbito que satisfaga sus necesidades.
Se da por sentado que la acción institucional es sustitutoria y dura un tiempo más bien escaso. ¿Cuánto? En la práctica existe un grupo muy numeroso de estos menores para los cuales su estancia en las instituciones de acogidas se hace crónica. Las dos posibles salidas que se les promete -reintegrarse a su familia de origen o ser acogidos por parte de una nueva- no se plantean con inmediatez. Los niños mantienen unas expectativas que, un día o un año tras otro, se ven frustradas. Son niños instalados en la sala de espera. Esta situación incide negativamente en su adaptación. Cuando se está de paso no hay necesidad ni esfuerzo por integrarse. Si se está de paso durante mucho tiempo, la integración se descarta pues cuanto más tiempo transcurre, más cerca ha de estar el fin. Como consecuencia, los niños crean un pasado inexistente e imaginan un futuro imposible. Una larga espera preñada de desesperanza.