Tras los primeros meses de aplicación, la medida fue perdiendo fuerza entre los progenitores. / LA VOZ
LAS CLAVES

La vacuna del papiloma se atasca

La falta de información y el miedo por sus posibles efectos impiden que se extienda la lucha contra el cáncer de cuello de útero Sólo el 30% de las jóvenes de 14 años reciben la inmunización a pesar de que para ellas es gratis y se ha demostrado sobradamente su eficiencia

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El cáncer de cuello de útero o cérvix es el segundo tumor más frecuente entre las mujeres menores de 45 años. El papiloma humano (VPH), causante de esta enfermedad, es un virus muy común que fácilmente se transmite por cualquier contacto sexual. Y su vacuna es la primera capaz de prevenir un cáncer ginecológico.

A pesar de estas tres premisas, y después de poco más de un año de su aplicación, la vacunación no ha terminado de calar entre la población gaditana. No sólo en las adolescentes menores de 14 años, segmento al que Salud proporciona de forma gratuita la inmunización en los ambulatorios dado que forman el grupo de personas que más beneficios obtienen de la inmunización por no haber mantenido aún relaciones sexuales. Tampoco se ha extendido entre las mujeres adultas y los hombres, a quienes también está destinada la protección.

Según los especialistas, un precio elevado -en estos últimos casos-, la dejadez y la desinformación son las causas que han impedido la masiva administración. Estos mismos profesionales alertan del «dramatismo» de la situación. «Somos partidarios de que se vacunen no sólo las niñas. El 80% de las mujeres va a estar al menos una vez en su vida en contacto con el virus», afirma José Antonio Vidart Aragón, jefe de Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Clínico de San Carlos de Madrid. La tristeza del doctor se vuelve indignación en la figura del catedrático y jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Puerto Real, Rafael Comino, quien aseguró ayer en la presentación del Congreso de la Asociación Española de Patología Cervical y Colposcopia que se celebra a partir de hoy en Cádiz, que sólo se han vacunado el 30% de las niñas que deberían haberlo hecho.

El episodio de las dos jóvenes de Valencia que el pasado febrero ingresaron en la UCI tras recibir la vacuna, la creación de asociaciones en contra de su aplicación y el revuelo mediático que propició lo que meses después se comprobó fue una casualidad, ha propiciado que su administración se atasque a pesar de sus innegables efectos positivos. «Están más que demostradas su eficacia y seguridad», resume el doctor Vidart.

Captación activa

Precisamente el desinfle del boom mediático que vino aparejado al descubrimiento de la vacuna contra el papiloma humano se baraja como otra de las razones de la escasa aceptación por parte de las jóvenes de la provincia

Sólo hay que echar un vistazo al calendario: de las previsiones de lista de espera de la que se hablaba en las semanas previas a su puesta en marcha -septiembre de 2008-, del dato que salió a luz en enero sobre el programa de detección precoz del cáncer de cérvix -participaron 7.000 gaditanas-, se ha pasado en apenas unos meses a la falta de información y al desdén de sus beneficiarios.

Mientras que en algunas comunidades autónomas la administración de la vacuna contra el VPH se produce en centros de salud y colegios, en Andalucía sólo se dispone de la posibilidad de los ambulatorios. «Eso conlleva ir a preguntar, pedir cita y poner en orden las agendas familiares,-cuenta el jefe de Ginecología del Clínico- , por lo que al final se va postergando y, finalmente, olvidando».

Comino habla desde su propia experiencia en las consultas y constata que la aplicación de la vacuna está perpetuando determinadas desigualdades. Además de que sólo se inmuniza de forma gratuita a las niñas menores de 14 años, la falta de conocimiento está impidiendo su extensión entre las familias de la clase baja. «Esta vacuna es la más comprobada de la historia. Es segurísima, no se entiende el miedo de la gente», lamenta el facultativo.

Para los profesionales, la única medida capaz de aumentar ese exiguo 30%, es la creación de programas de captación activa, al igual que ocurre con otras enfermedades como la vacunación de la gripe A o la detección del cáncer de mama. Las comparaciones con otras regiones así lo prescribe. «Andalucía ocupa en estos momentos uno los porcentajes más bajos de cobertura, por lo que su posición es mejorable frente a otras regiones como Navarra, Cantabria, el País Vasco o Madrid, que se sitúan como las más ágiles y eficaces a la hora de generalizar esta vacunación en las niñas preadolescentes con edades comprendidas entre los 11 y 14 años», resume el doctor Comino.

También en hombres

Pero no sólo a las nacidas en 1995 se les debe hablar de la idoneidad de la vacunación. El virus del papiloma humano pertenece a una extensa familia que incluye a más de cien tipos de agentes infecciosos, casusantes de una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes. Al menos 13 de esos tipos son cancerígenos para los humanos. De ellos, dos (16 y 18) son los principales culpables del 70% de los tumores de cérvix. Pero también de otros tipos de cáncer que tienen en las relaciones sexuales la principal forma de transmisión.

De ahí la necesidad de que la vacuna se extienda a los hombres. Se ha comprobado su eficacia en homosexuales, por ejemplo. Además del tumor de cuello de útero, previene el 80% de los casos de cáncer de vagina, el 40% de vulva, el 95% de ano y el 15% de los bucofaríngeos, según destaca el doctor Vicart. «No entiendo la negación de esta vacuna, se habló incluso de moratoria y se piensa en la promiscuidad. Estudios en el mundo entero demuestran que no se puede discutir su eficacia», sentencia.