Nuria González ha hecho cambios «sutiles» en el local de estética que regenta. / MIREYA LÓPEZ
NURIA GONZÁLEZ PRACTICA EL FENG SHUI

«Ahora me canso menos en el trabajo»

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«Notaba que la energía se empezaba a enrarecer y llegaba a casa agotada después de trabajar». Estos fueron los síntomas que alertaron a Nuria González, de 39 años y dueña de un local de estética. Un coqueto establecimiento al que, asesorada por el geobiólogo y especialista en Feng Shui Aitor López, hizo algunos cambios. El principal, el más sencillo: mover apenas un metro la camilla donde ella hace masaje japonés a los clientes y donde pasa buena parte de su jornada laboral. «La tenía colocada en un cruce de líneas hartman, lo que hace de ésta una zona muy debilitante. Yo percibí a Nuria energéticamente apagada», explica López, que aconsejó mover la camilla «a una zona neutra» en la misma habitación. El espacio contiguo, antes «desangelada», es ahora una confortable salita donde atiende a buena parte de la clientela.

Nueva luz en el hall

Al hall también le ha dado una vuelta y ahora es más luminoso y acogedor. «Tenía colocada una planta que daba sensación de oscuridad y en un negocio la entrada es un espacio clave, porque es el lugar por donde llegan los clientes. Además, en el baño habían metido una lavadora y una secadora. Las hemos quitado porque suponía un bloqueo real y simbólico», ahonda el experto. Siguiendo la doctrina del Feng Shui, Nuria debería cambiar el azul de una sala por otro tono más tierra, «pero si ella se siente bien así es mejor dejarlo. No se trata de recetas cerradas», afirma López.

Lo que ha hecho, dice el geobiólogo, han sido «movimientos sutiles» que han repercutido para bien en el estado de ánimo de Nuria. «Me siento mejor y me canso menos. El trabajo debe ser un sitio que te llene y no que te vacíe, como me ocurría hasta ahora. Es como cuando te gusta acurrucarte en un lado de la cama o del sofá y no en el otro, o como cuando te llevas a los invitados a la cocina a charlar aunque tienes un salón magnífico. Cada sitio tiene su energía y en unos te sientes más a gusto que en otros y no sabes por qué», comenta ella.

La empresaria también revala que los cambios han favorecido la marcha de su negocio: «Para estar en crisis, gano más. Los clientes entran y no saben que he hecho Feng Shui, pero me dicen: '¿qué tiene esta camilla? Porque se sienten mejor'. Y eso ayuda a que sigan viniendo.