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ESPAÑA

El PP pide en el Congreso una ley para controlar los pinchazos telefónicos

El PSOE reclama a los populares que «dejen de arrastrar por los suelos las instituciones de este país»

A. TORICES
MADRIDActualizado:

El PP defenderá la próxima semana una iniciativa para que el Congreso inste al Gobierno a regular y controlar por ley el funcionamiento del sistema conocido como Sitel, el programa de interceptación de comunicaciones que usan las fuerzas de seguridad en sus investigaciones.

La portavoz popular, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró que con esta ley orgánica tratan «de frenar el actual descontrol» del sistema, porque entienden que la no regulación hace que «ahora nadie tenga garantías de que está siendo escuchado legalmente». El principal partido de la oposición ha denunciado abusos en el uso de Sitel en la investigación del caso Gürtel, en la que hay implicados cargos públicos del PP, y dice que el Gobierno lo usa para espiar ilegalmente a sus dirigentes.

La proposición del PP pide que la ley indique cómo autorizar los pinchazos y cómo usar el Sitel, que garantice el control judicial del proceso, fije un funcionario responsable del sistema y un soporte de seguridad, que asegure que se destruyen los datos y conversaciones no autorizadas específicamente y que establezca un mecanismo para que el Congreso pueda realizar un control periódico sobre la actividad.

El PSOE, a través del portavoz parlamentario, José Antonio Alonso contestó al PP que «deje de jugar con las cosas importantes de nuestro país y que deje de arrastrar a las instituciones por los suelos».

Alonso realizó tres afirmaciones sobre este asunto. La primera, que «el sistema Sitel es legal y legítimo según las sentencias del Tribunal Supremo». La segunda, que «en nuestro país funcionan los derechos fundamentales y las garantías de estos derechos, ya que todas las interceptaciones de comunicaciones se hacen con control judicial». Y la tercera, que «Mariano Rajoy, pese a ser quien compró este sistema por 10 millones de euros, lo único que hace es tirar por el suelo el prestigio de las instituciones de su país, y eso es intolerable».