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España repasa sus principios en Viena en un regreso muy emotivo

Del Bosque recuerda con «cariño» a Luis Aragonés pero reclama protagonismo en los nuevos desafíos; Cesc tendrá la batuta de 'La Roja' desde el principio

COLPISA. MADRID Actualizado: Guardar
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Si ante Argentina disputó un amistoso con aroma de Mundial, el choque de hoy contra los amigos austriacos servirá a España para repasar en el Ernst Hapel de Viena los principios que le condujeron al cielo el 29 de junio de 2008, con la unidad, la autoestima y la sed de victoria por bandera. En el antiguo Prater no sólo tuvo lugar la final de la Eurocopa contra Alemania sino también el paseo ante Rusia en semifinales y la victoria por penaltis ante Italia en el hasta entonces maldito cruce de cuartos.

Allí se rodó la película del antes y después de España. No está Luis Aragonés, el ideólogo de la revolución de los bajitos, ni Fernando Torres, autor del histórico gol que liquidó a los teutones y acabó con el fatalismo y complejo español, pero todo son anécdotas y recuerdos inolvidables en una selección que, como puso de relieve este martes Xavi, el mejor jugador de aquel Europeo, se ganó entonces el «respeto y la admiración» del mundo entero.

Del Bosque no gozó de ese privilegiado valle alpino próximo a Innsbruck donde se fraguó el llamado espíritu de Neustift, pero es protagonista destacado de la conmemoración.

Ha sabido mantener el estilo del equipo y el núcleo del grupo sin renunciar a su rejuvenecimiento. Ya no están los Palop, Fernando Navarro, Juanito, Sergio García y De la Red, en este caso por enfermedad, y nada menos que doce jugadores han debutado bajo su dirección, el último Navas.

De ellos, Piqué, Busquets y Mata se han hecho fijos en todas las convocatorias, así como el tercer portero Diego López. Salvo el varapalo sufrido ante Estados Unidos en semifinales de la Copa Confederaciones que impidió la final soñada ante Brasil, su selección lo ha ganado todo. Nada menos que veinte triunfos, con 57 goles a favor y sólo 12 encajados.

'Embrujo planetario'

«Mantengo un respeto absoluto por Luis Aragonés, al que siempre consideré como uno de los artífices del éxito, pero desde ese recuerdo cariñoso debo decir que tenemos nuestros propios desafíos», subrayó Del Bosque poco después de aterrizar en Viena. Recuerda que vio la final de la Eurocopa en Madrid, junto a su familia, y sintió una «gran alegría. Salí a celebrar el título como todos los españoles».

Está encantado el seleccionador con el detalle que ha tenido la Federación de agradecer con esta visita el comportamiento de los austriacos, pero reclama la utilidad de una cita que no debería ser sólo festiva. «Hay que ser prácticos. Quedan pocos partidos de preparación para el Mundial y no es momento de celebraciones». Del Bosque confirmó que no modificará la estructura del equipo que superó el sábado a la dura Argentina, pero sí confirmó que realizará algún cambio en un conjunto que también se acuerda ahora de los lesionados Cazorla y Senna, partícipes de ese embrujo planetario.

Las lesiones del hispano-brasileño preocupan al técnico. Quedan siete meses por delante para el Mundial y el centrocampista del Villarreal puede recuperar su nivel, pero Del Bosque maneja «alguna alternativa» que bien podría ser el navarro Javi Martínez.

Frente a los austriacos, lo normal es que conceda pleno protagonismo a Cesc Fábregas, estrella en el Arsenal y en la Premier y suplente con España. Una decisión para frenar una lucha de egos que, llegado el caso, podría enturbiar el ambiente de España.

Los austriacos afrontan el choque con algo más que respeto a los campeones. Recuerdan el humillante 9-0 que le endosó la selección de Camacho en Valencia hace diez años. Una herida que todavía sangra en los alpinos. «No tengo miedo a una debacle pero se trata de nuestro rival más fuerte de este año, más potente que Francia», reconoce el técnico Constantini. Janko, el delantero austriaco más peligroso, bota de bronce europeo del año pasado, se conformaría con una derrota por la mínima en un choque cuyo saque de honor efectuará el Hermann Maier, leyenda del esquí recientemente retirado. La nota más emotiva de una jornada festiva será el minuto de silencio que en los prolegómenos recordará al portero alemán Robert Enke.

Puyol prefiere salir de la selección como Hierro, quien renunció todavía en activo, que como Raúl, de quien prescindió Luis Aragonés y no recuperó para la causa española Del Bosque. En el seno de la Federación aprecian que el capitán del Barça medite la posibilidad de despedirse del equipo español tras el Mundial de Suráfrica. Una determinación que facilitaría el trabajo del seleccionador, ya que tener que relevar a un peso pesado del equipo siempre es tarea difícil, polémica y generadora de enemigos.

«¿Puede ser su última Copa del Mundo?». Una pregunta más, durante una entrevista del catalán a Radio Marca, anticipó una probable noticia. «Puede ser, ya tengo una edad y vienen apretando muy fuerte por detrás», respondió. Dejó claro, sin embargo, que la decisión de abandonar la Roja no la tomaría de motu propio sino de acuerdo con el seleccionador y precisamente con Hierro, el director deportivo. «Mi idea es jugar el Mundial y luego decidiremos», zanjó un futbolista orgulloso que prefiere dejar hueco a las nuevas generaciones antes de que su retiro sea forzoso.