segunda jornada del juicio

Un testigo niega que fuera Mainar el hombre que vio en la escena del crimen

La viuda del alcalde de Fago se encuentra cara a cara con el acusado

MADRID Actualizado: Guardar
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La segunda jornada del juicio contra el guarda forestal Santiago Mainar, acusado del asesinato del alcalde de Fago, Miguel Grima, se ha celebrado en la Audiencia Provincial de Huesca con las declaraciones de los primeros testigos citados en la causa. La mujer de la víctima, Celia Estalrich, ha comparecido para explicar que, meses antes del asesinato, el matrimonio valoró la posibilidad de dejar su residencia habitual en el municipio y abrir una casa en la cercana localidad de Echo dado el clima social que se había formado en Fago, en el que había un grupo organizado de ciudadanos opositores que, en ocasiones, actuaban con un tono "agresivo". Estalrich ha indicado que no dudó de Santiago Mainar hasta que fue detenido por la Guardia Civil.

A preguntas del abogado de la acusación popular, José María Viladés, la viuda de Grima ha precisado que eran conocidas las disputas entre Grima y algunos vecinos del pueblo. De estos "la mayoría no son gente del pueblo", sino que son personas que acuden a Fago los fines de semana. También ha señalado que algunos de los opositores trataban de perjudicar su negocio de casa rural. Celia Estalrich ha explicado que había una disputa constante con "un grupo de gente tan organizada" y que actuaba "en la sombra", aunque en ocasiones sus acciones adquirían un tono "muy agresivo".

También ha declarado el médico Iñaki Bidegaín, única persona que supuestamente vio al asesino del alcalde de Fago poco después del crimen. Ante el tribunal ha dicho que no cree que la persona que estaba en el lugar de los hechos fuera Santiago Mainar, aunque ha admitido que "siempre es posible una distorsión". El médico ha explicado que cuando llegó al lugar del asesinato con su vehículo, acompañado por su mujer y su hija, era noche cerrada y, aunque en un primer momento les pareció que el coche parado en la carretera era de la Guardia Civil enseguida reconoció el mercedes de Grima.

Unos segundos ante el asesino

Ha agregado que vio a una persona en el interior del coche y una vez paró su vehículo, en cuanto se dio cuenta de que el coche era de Grima, unos diez o veinte metros más adelante, bajó la ventanilla para preguntar: "¿Pasa algo?", después de que su hija dijera "ya viene", en referencia a un hombre. Una voz "ronca, tomada por un catarro" le respondió que no pasaba nada y que siguiera el camino, ha relatado el testigo, que es psiquiatra, quien ha insistido en que el encuentro duró segundos y que posteriormente continuaron hacia Fago, momento en que la hija dijo que le parecía que había otra persona, aunque el médico ha recalcado que él sólo vio a una y no se volvió para mirar.

Esa persona era alta, de 1,80 metros, delgada, con tez oscura, de "cara alargada y rasgos redondeados", ha comentado el médico, quien ha añadido que no creía que fuera Mainar, aunque "no tenía la completa seguridad", "porque pudiera ser que la distorsión de la situación ni se le pasara por la cabeza". "No tuve ninguna duda" cuando percibí esa cara y cuando hice esa declaración, pero la Guardia Civil me insistió en que dijera que estaba "casi" seguro, aunque mi percepción "fue clara y definida", ha dicho el médico, al tiempo que ha recordado que esta persona tenía en la frente un frontal con una linterna, por lo que había una zona de la cara que no se veía bien.

El médico ha reconocido, no obstante, que en la reconstrucción de los hechos con agentes de la Guardia Civil y la autoridad judicial se dio cuenta de que era "imposible" reconocer a la persona con el frontal, pero posteriormente ha insistido en que en los diversos vídeos que vio, en los que aparecía Mainar, "en ningún caso" pude decir qué era lo que había visto aquella noche.