LA ENTREVISTA «
BILBAOActualizado:-¿Le disgusta si le trato de Lady Foster?
-¡Me encanta! Lady Foster, Elena Ochoa, Elena Ochoa Foster... Como prefiera.
-¿A usted también le gustaría dejar huella allá por donde pasa?
-Yo no me comparo con mi marido. Tiene un nivel y un trabajo completamente diferente al mío, pero a todos nos gusta dejar huella en lo que hacemos. Llevo los últimos trece años dedicados a la edición. ¿Qué quiero? Que los libritos o grandes libros que edito den inspiración a nuevos artistas, sobrevivan cientos de años y lleguen a museos, colecciones privadas...
-Para esta entrevista, nos pidieron que no le hiciéramos fotografías. ¿Por qué?
-No me gustan las fotos. Cada vez menos.
-¿Es por coquetería?
-No. Si estoy haciendo una entrevista, prefiero hacer la entrevista.
-¿Sigue tardando «poquísimo» en arreglarse?
-Me arreglo muy rápidamente porque tengo muy poco tiempo.
-¿La belleza abre muchas puertas?
-Claro. Como la inteligencia y la intuición. ¡Ojo! La belleza entendida como una actitud y un estilo.
-¿Su vida es una historia maravillosa?
-Siempre la vivo como única, aunque sea angustiosa y terrible. El día que no sea así, me muero.
-Reconocida profesionalmente, ¿cómo se trabaja el éxito?
-No trabajo el éxito, sino que hago lo que creo que debo hacer, que es publicar libros y abrir librerías. Con la revista C Photo Magazine tenemos ya alrededor de 2.000 suscriptores y nunca gasté un duro en marketing porque no lo tengo.
-...
-Prefiero gastarlo en la edición. Y-Ganó fama con 'Hablemos de sexo'.
-¿En la cama nos come la decencia?
-No lo sé. No le puedo contestar.
-¿Existen las parejas perfectas?
-Tampoco lo sé. La perfección produce rechazo. Un poco de imperfección es lo realmente atractivo. Es muy aburrido lo perfecto perfecto.
-¿La niña Elena ha evolucionado hacia una mujer buena, débil...?
-Yo tengo muchas caras. Como todo ser humano. A veces eres muy débil y frágil y otras, firme y fuerte. Tienes altos y bajos...
-¿Y se sigue viendo como una recatada señorita de provincias?
-¡Estoy encantada de ser una señorita de provincias! Ja, ja. Pero una señorita de provincias... ¡feliz!