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El tendero del SPD
Sigmar Gabriel, nuevo líder socialdemócrata alemán, ha vuelto de las tinieblas para rescatar al partido
CORRESPONSAL. BERLÍN Actualizado: Guardar«Los cadáveres políticos tienen larga vida», reza un proverbio alemán que fue inventado para definir un fenómeno que cobra vigencia de tiempo en tiempo en el país centroeuropeo. Sigmar Gabriel, el nuevo presidente del SPD, de 50 años, fue un muerto político durante dos años y, peor aún, degradado por su mentor Gerhard Schröder a encargado de cultura y música del partido socialdemócrata cuando perdió las elecciones regionales en Baja Sajonia en 2003.
Fue entonces cuando fue bautizado como Siggi Popi, apodo humillante y que debía hundirle en el limbo del olvido. Pero la vida da muchas vueltas y una nueva derrota, esta vez sufrida por el propio Schröder, hizo posible que Gabriel renaciera como el Ave Fénix de sus propias cenizas gracias a la nueva constelación política surgida en Alemania en noviembre de 2005.
En medio del frenesí de las negociaciones para formar el gobierno de gran coalición con la CDU, el nombre de Gabriel surgió como candidato para ocuparse de la cartera de Medio Ambiente, un cargo con pocas posibilidades para brillar. Pero el nuevo líder del SPD supo aprovechar el regalo caído del cielo. Con pasión, humor y coraje el nuevo ministro le declaró la guerra al cambio climático que amenaza al planeta y al lobby nuclear que quiere seguir construyendo reactores en Alemania. En poco tiempo, Gabriel se convirtió en un experto y se ganó el respeto de sus camaradas y enemigos, que le rebautizaron con el apodo de Bio Tonne, que refleja sus habilidades como defensor del medio ambiente y sus 110 kilos de peso.
Los éxitos que cosechó no sorprendieron. Desde que decidió abandonar su profesión de maestro para dedicarse a la política, el nuevo presidente de los socialdemócratas dio muestras de ser dueño de un talento excepcional para cautivar a su auditorio. Nadie duda que Gabriel es el mejor orador que tiene el partido y dueño de una rara habilidad para adaptarse a las circunstancias. Es pragmático, inteligente y domina como nadie el difícil arte de vender un mensaje a los electores.
Olfato político
Sigmar Gabriel también es aventurero, versátil, tiene carisma y es dueño de un gran olfato político, virtudes que pueden ayudarle a sacar a su partido de la peor crisis que haya vivido nunca y que perfeccionó cuando era diputado en el Parlamento de Baja Sajonia.
Cuando fue elegido jefe de los socialdemócratas en la cámara regional en 1998 sorprendió al SPD al anunciar una estrategia para modernizar la vieja formación. «El SPD debe convertirse en una empresa de servicios y ser un producto para venderlo en el mercado electoral». Casi lo logra. Un año después de que Schröder ocupara la cancillería, Gabriel fue el elegido primer ministro de Baja Sajonia, pero la baja popularidad del ex canciller, le condenó al fracaso cuando intentó la reelección en 2003. Desde el viernes el dirigente socialdemócrata tiene una segunda oportunidad para poner en práctica sus ideas.