Jerez

¿Y el de Miguel Ángel Segura?

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

No soy nada objetivo con esta pregunta, y tampoco soy pionero al formularla. Pero cuando Manuel Muñoz Natera anunció que durante su mandato serían cinco pintores los que darían vida al cartel de la Semana Santa jerezana, el nombre de Miguel Ángel Segura fue desde el inicio uno de los que estaban marcados en color rojo en las agendas de numerosos cofrades.

Primero, porque es un cartelista consumado. Quizá el más importante que pueda tener la ciudad, al menos en lo que al mundo de las cofradías se refiere. Nadie tiene más ideas ni más ingenio que Miguel Ángel Segura cuando se trata de captar la atención de quien ve alguno de sus carteles de Semana Santa.

Pero no sólo por eso. Es licenciado en Bellas Artes, lo que nos indica su capacidad y formación, y domina numerosas técnicas que bien podría aplicar a un cartel que ha quedado reducido a un buen cuadro, pero sin el regusto cofrade que necesita una obra de esta envergadura. Tras el cartel de José Manuel Reyes, que sí unió a crítica y público, el resto de carteles han sido poco entendidos por la mayoría de los cofrades, que sin embargo no discuten la calidad de las piezas presentadas.

Quizá por eso sea el momento de Segura, y mucho más ahora que atraviesa una etapa de madurez en su carrera artística. Mucho más templado que al principio aunque sin renunciar a sus ideas, la obra de Miguel Ángel sería sin duda un auténtico grito en la pared, que es la definición técnica que en más de una ocasión me ha dado de lo que es un cartel. Un grito de asombro, de ternura, de devoción, de distanciamiento, de incomprensión... Un grito de lo que quieran, pero un grito al fin y al cabo.

Lo que nadie entendería es que pasados cinco años, Segura no tuviera la oportunidad de contarle a Jerez cómo ve él nuestra Semana Santa.