La madre muestra la foto del chico fallecido junto a su otro hijo. / J. C. CORCHADO
Jerez

El cuidador del menor que murió en un centro será juzgado por una falta

La familia está indignada por que no se le impute un delito y afronta con inquietud la vista, que se celebrará el miércoles en Málaga

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«Esto no se supera en la vida». Con esta rotunda frase llena de amargura afronta la jerezana Rocío Ávila el juicio por la muerte de su hijo, que perdió la vida en 2006 a la edad de doce años al ahogarse en la piscina del centro de menores malagueño donde se encontraba interno. El miércoles se celebrará por fin la vista en el Juzgado de Instrucción número 4 de Málaga, donde se juzgará al cuidador del menor por una imprudencia no grave.

El hecho de que no se impute al acusado un delito sino una falta ha sentado como un jarro de agua fría a la familia, que solicitó desde un principio la calificación del hecho como homicidio imprudente. Tras mucho batallar y la interposición de los recursos correspondientes, la Audiencia Provincial de Málaga dictaminó el pasado mes de septiembre que el procedimiento se tramitará como un juicio de faltas, al entender (como consta en el auto) que «el lamentable suceso no se debe a una omisión o negligencia grave, aunque el resultado sí fuera muy grave».

Como explicó a este medio el abogado de Rocío, Juan Manuel Delgado, el juez considera que la imprudencia es leve porque el niño sabía nadar cuando se produjo el ahogamiento, por lo que «al final será juzgado como un accidente de tráfico». La indignación del letrado y la familia en este sentido es grande, ya que aseguran que aunque la responsabilidad civil de la Junta y el centro sí se reconocerá a modo de indemnización, el cuidador sólo se enfrentará a una multa.

Interrogantes

«¿Tan poco vale la vida de un niño?», se lamenta el abogado. En la misma línea se expresó la madre del chico, subrayando que «lo que ha pasado es demasiado grave como para esto». Además, aseguran que en torno al trágico suceso se han abierto numerosas incógnitas, como el hecho de que un menor que medía más de 1,60 metros se ahogara en una piscina de 1,50, sabiendo nadar.

Aunque está por confirmar, hay fuentes que apuntan a que el pequeño podría haber sido medicado porque presentaba problemas de conducta, algo que explicaría el fatal desenlace. Sea de una forma u otra, la madre piensa llegar hasta el final para que se depuren las responsabilidades pertinentes. Mientras tanto, Rocío afronta el día a día como puede en compañía de su otro hijo, pero no se le quita de la cabeza que si no le hubieran retirado la custodia por una campaña de mentiras orquestada por la familia de su ex marido, como ella misma recuerda, nada de esto hubiera sucedido.