«Ahora cuanto peor sales, más pagan por la foto»
A la estrella de 'Triage' se le han caído algunos mitos en Hollywood, «actores que resultan tan raritos...»
SEVILLA Actualizado: GuardarA Paz Vega le gustaría escaparse del Eme, el hotel más fashion de Sevilla, y callejear por su Triana natal. Tiene que conformarse con promocionar Triage, mientras su marido y representante, el venezolano Orson Salazar, merodea entre los periodistas. Llevan siete años juntos y tienen dos hijos con nombre cinematográfico: Orson y Ava. A sus 33 años, la actriz reconoce que no termina de sentirse cómoda en Hollywood.
-En 'Triage', Colin Farrell se va a la guerra a hacer fotos y su mujer espera en casa. En su vida será al revés: Orson le aguarda mientras usted trabaja.
-No espera, se viene conmigo. Se lleva el trabajo donde yo estoy, afortunadamente puede funcionar a través de Internet y el teléfono.
-Sostiene que nunca buscó la aventura americana.
-Nunca. Yo estaba rodando Di que sí y la productora me dijo que James L. Brooks, el director de Mejor imposible, estaba buscando una chica latina. Les dije que no hablaba una palabra de inglés, pero me contestaron que daba igual. Memoricé los diálogos en las pausas del rodaje y mi marido me grabó en vídeo en casa. Hice una audición de cinco horas con James en su oficina y me dieron el papel.
-¡Y a Hollywood!
-Me ví allí sin hablar inglés, sin plantearme nada y sin que me gustara aquello. De hecho, acabé la película y me fui un mes de vacaciones a Costa Rica. Pensaba que no iba a volver, que había sido una aventura esporádica. Mi agente me reclamó y salió una película con Morgan Freeman. Tuve a mi hijo y resulta que me esperaban cuatro proyectos. Pero en mi vida me había planteado marcharme a Hollywood.
-No se siente parte de la industria.
-No. Soy una empleada que trabaja allí y tiene su familia. Vivo entre Madrid y Los Ángeles, pero no me gusta la vida en América. Llevo seis meses en España porque vine a tener a mi hijo. Pero el trabajo está allí.
-En España no la llaman.
-No, nada.
-A lo mejor piensan que su caché es inalcanzable.
-Por favor. Eso es ridículo, mi caché no es altísimo. Yo sé qué cifras se mueven en España, en Estados Unidos es diferente. No soy una loca, quiero trabajar en mi país. Lo que pasa es que la dinámica de hacer películas aquí ha cambiado. Se busca un público joven, que ve televisión... Cogen a muchos actores de la pequeña pantalla.
-Usted también salió de la tele.
-Sí. No reniego de la tele. Simplemente no me ofrecen nada interesante, espero que si alguien lee esto... La crisis también se ha notado en Estados Unidos, los cachés bajan, nos afecta a todos. Si me ofrecieran algo que me gustara rebajaría mi caché, lo haría por la cuarta parte o incluso gratis. Me gustaría repetir con Julio Medem. Lucía fue un personaje que me aportó mucho.
-¿Por qué no se convierte en productora?
-En eso estamos. Ya que la montaña no va a Mahoma... Tengo un guión entre manos.
«No tengo padrinos»
-¿Quién es la persona más fascinante que ha conocido en Hollywood?
-Algunos te sorprenden gratamente, otros todo lo contrario, se te cae el mito. Morgan Freeman es el que tiene más clase, un caballero del que te enamorarías. Y un actor impresionante. Se ha dicho que era mi padrino en Hollywood, y eso es mentira. No tengo padrinos. Además, si no le he vuelto a ver. Vive en Mississippi y no quiere ni pisar Los Ángeles. Yo le entiendo.
-¿Qué mito se le ha caído?
-No puedo decírtelo. Te llevas desilusiones, te dices: es tan grande como actor y luego resulta que es tan rarito... Por no decir otra cosa. Menos mal que conoces a gente que admiras y resulta exquisita. Como Prince. He estado dos veces en su casa.
-¿Y Christopher Lee? Hace de su abuelo en 'Triage'.
-Me asusté cuando me lo dijeron. ¡Y además iba a hacer de español! Cuando le conocí, tan alto, con esa voz... Después resultó que habla español porque su yerno es gallego y viene mucho. Y le encanta el flamenco. Se convirtió en mi abuelo de verdad.
-¿Cuánto hace que no pasea por Triana?
-Pasé un mes en casa de mi madre cuando estaba embarazada. Aprecias la belleza de esta ciudad al dejarla, ¡la echaba tanto de menos...! Al principio pasé dos años sin venir, muy fuerte. He viajado y comparado. Y Sevilla es preciosa.
-¿Pero puede pasear?
-Los fotógrafos están muy pesados. Yo quiero sentarme en una terracita con mis amigos, y no me dejan. Tengo cuatro o cinco fotógrafos que me siguen hasta en la cama. No les basta con una foto. No puedo ir al parque con los niños. Nunca me he enfrentado a ellos, pero por ganas... Te observan para pillar lo peor de ti. Con esta nueva ola de desprestigio del famoso, cuanto peor sales, más pagan la foto. En Estados Unidos me relajo más.
-¿Nunca ojea este tipo de revistas?
-Me niego. Se lo he dicho a mi familia: cuando me veáis en esas revistas ni me lo digáis. ¿Qué referentes va a tener la gente joven si lo único que ven es cómo se desprestigia a los artistas? Los niños tienen a las cuatro de la tarde programas indescriptibles. Vale que critiquen mi trabajo, pero que se metan en mi vida personal con ese vocabulario tan horrible... Estoy en contra de la alcachofa en manos de alguien que ni se identifica y pregunta con agresividad.
-¿En Estados Unidos también sufren este periodismo?
-Sí. Yo creo que lo hemos importado. El problema es que las revistas de supermercado allí las leen cuatro, y en España las compran una mayoría. No podemos huir. En Estados Unidos, si la celebrity tiene 20 defectos y una virtud, se resalta la virtud; aquí sólo se remarca el defecto.
Personajes sexys
-¿Qué tal con Colin Farrell? Arrastra una fama de de crápula...
-Yo tenía esa imagen. Pero no llegó ni un día tarde. Es abstemio, siempre con una sonrisa... En un rodaje, el ambiente lo impregna el director y el actor principal, puede ser maravilloso o una pesadilla. Colin llegaba besando a las maquilladoras, y eso que estaba a dieta y sólo comía una lata de atún. Un padrazo. Haces algo y lo pagas el resto de tu vida. ¿Por qué no va a poder salir de juerga cuando era joven? Yo también he salido.
-¿Entiende que alguien ponga en riesgo su vida por su trabajo?
-A mí, salvando las distancias, me pasa. Estoy rodando en Serbia Road Kill, una comedia de acción muy loca que dirige John Stockwell. El otro día hice una escena bajando por una fachada colgada de una sábana. No quise dobles. Después lo pensé. ¡Si tengo dos hijos! Cuando te gusta lo que haces te ciegas.
-¿Dos hijos no cambian una carrera?
-No. A veces me preguntan si ahora que soy madre ya no hago personajes sexys. ¿Y qué tiene que ver? No es una cuestión de moral, sino de trabajo. Lo que sí resulta es agotador cuando llegas a casa y tus hijos quieren jugar contigo.