Respuesta desigual
Actualizado: GuardarLa lucha contra la violencia sexista ofreció ayer dos caras desiguales. Por una parte, resulta encomiable la instintiva reacción del joven de 25 años apuñalado en Madrid por salir en defensa de una mujer que estaba siendo agredida por su ex pareja. Por otra, el veredicto de culpabilidad acordado por el jurado popular contra José Diego Yllanes por el estrangulamiento de Nagore Laffage deja irremediablemente un regusto de incomprensión ante los argumentos con que se ha rebajado de asesinato a homicidio la calificación del crimen. Sobre todo porque el tribunal, compuesto en su mayoría por mujeres, ha descartado la alevosía pero sí ha estimado, en cambio, el abuso de superioridad; y porque ha aplicado dos atenuantes que pueden suscitar desconcierto conforme al relato acreditado de los hechos. El beneficio concedido al homicida confeso por haber sufrido «un arrebato» chirría con el intento posterior de descuartizar el cadáver y borrar sus huellas.