Una restauración necesaria

Ya queda menos. Hasta los rostros de los trabajadores indican la ilusión ante la inminente reapertura de uno de nuestros templos más antiguos y bellos. Se trata de la joya mudéjar de nuestro Jerez medieval. Dedicada al patrón de la ciudad y ubicada en el mismo corazón del centro histórico, intramuros como no podía ser de otra manera. Fundada nada menos que en el año 1264 por el mismísimo rey de Castilla y León Alfonso X El Sabio una vez culminada la reconquista de la ciudad por parte de las huestes cristianas.

Pero ahora, lo importante es que San Dionisio va a despertar en muchos jerezanos, cuando esté abierto de nuevo al culto, el cariño y el respeto por nuestro patrimonio monumental. Las pilastras de la vieja iglesia han quedado reforzadas, las piedras limpias y compactas, los techos perfectos y la solería de mármol blanco que se ha colocado al más rancio estilo de palma- perfecto.

Los operarios que están cada día a pie de obra comentaban que «queda el pulimentado del suelo y el posterior abrillantado para darle más realce».

El retablo también será saneado de polvo y vuelto a su estado normal una vez finalizadas las obras en el interior del templo.

Aunque ya es vox populi, se puede afirmar que los días finales de diciembre serán los de la reapertura del histórico templo. Así que todo hace indicar que este año se podrá celebrar la misa del Gallo en la iglesia. Tan sólo queda para el futuro una tercera fase de ejecución que estará centrada en la restauración de la fachada del templo.

De todos es sabido que el templo tuvo que ser clausurado en septiembre de 2003 al producirse diferentes y reiterados desprendimientos de las techumbres con lo que la parroquia se vio obligada a cerrar el templo temporalmente hasta culminar la importante ejecución de cimentación y consolidación a la que ha sido sometido en estos seis años.