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Del Bosque, que no quiere que se relajen los suyos, bromeaba ayer con Puyol y Piqué en el entrenamiento. / EFE
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Un ensayo para el Mundial

«No podemos distraernos con los festejos del centenario», advierte Del Bosque, sabedor de que jugar ante Argentina siempre deja rastro

IGNACIO TYLKO
COLPISA. MADRIDActualizado:

«Es lógico que el centenario de la Federación y de Iker Casillas tengan su espacio pero no podemos distraernos ni olvidarnos de lo sustancial». Horas antes de que España dispute hoy ante Argentina mucho más que un amistoso, Del Bosque tocó la fibra de sus pupilos para mentalizarles de que las galas, las camisetas, las películas y el himno nuevo están muy bien, pero hay que preocuparse de lo que toca, de un duelo de los que deja secuelas frente a la que considera «una de las cinco o seis grandes selecciones del mundo, reforzada para el Mundial tras protagonizar una clasificación incómoda».

«No hay más remedio que aprovechar estos partidos al máximo. Quedan escasos ensayos antes de la Copa del Mundo y éste es importantísimo», insistió el seleccionador, sabedor de que antes de dar a conocer la lista de 23 mundialistas sólo podrá probar ante la albiceleste, el miércoles venidero en Austria y el 3 de marzo en Francia. Y pese a la excelente fase a la inercia ganadora de la Eurocopa y a la fase de clasificación sin tacha, a Del Bosque le inquietan varios asuntos por encima de los nombres.

En primer lugar, le sobrecoge la posibilidad de que los jugadores puedan acomodarse o creerse imbatibles. La derrota ante Estados Unidos en semifinales de la Copa Confederaciones fue una lección de humildad que debe permanecer imborrable. «Sólo los muy incautos pueden decir que no temen que la excesiva euforia merme al futbolista y reduzca su capacidad de respuesta. Cada día hay que convencer al jugador de que debe esforzarse más, no caer en el conformismo». Reveló que también quiere «mecanizar algunos aspectos tácticos que han cambiado, sobre todo en ataque y en la relación entre los delanteros y la defensa». No lo dijo pero se refiere al nuevo dibujo, un 4-3-3 que se convierte en 4-1-4-1 en defensa y que, cuando vuelva Fernando Torres, seguramente dejará a Villa en la izquierda.

Ante la albiceleste, España tiene poco que ganar y mucho que perder. Es la campeona de Europa y se mide a un histórico venido a menos que adquirió el billete para el Mundial a última hora y sufre a un entrenador enfrentado a buena parte de la opinión pública. Es la indiscutible favorita, aunque tanto los jugadores como el seleccionador muestran un respeto enorme por los argentinos. «Son bicampeones del mundo y poseen grandes jugadores», advirtió Casillas. «Es un rival potentísimo que saldrá muy estimulado y se vaciará. Cuenta con 11 ó 12 hombres que han estado o siguen relacionados con España; este encuentro supone para ellos un escaparate extraordinario», apostilló Del Bosque antes de ensalzar el espíritu «patriótico» de los argentinos, la «defensa» a ultranza que hacen de su selección. Destacó sobre todo su ataque, «un lujo» con hasta cinco hombres para elegir de la talla de Tévez, Agüero, Higuaín, Lavazzi y sobre todo Messi, el mejor jugador del mundo sin discusión a juicio de Villa y una «amenaza permanente», en opinión del técnico, porque «puede estar todo el partido sin tocarla pero te la lía en un segundo».

«No aporta nada»

La figura de Maradona supone un aliciente añadido. Como técnico no cae bien y más después de las barbaridades que dijo tras vencer en Montevideo. Casillas no se mordió la lengua y confesó el Pelusa técnico no le aporta nada. La criticó por «subirse al carro» y decir ahora que Xavi sienta cátedra y es el jugador más importante de la selección y del Barça. Como siempre, Del Bosque fue más diplomático. Sonrió con ironía cuando se le recordó que Maradona llegó a decir que cualquiera podría dirigir al Madrid de los galácticos y se limitó a responder que «nunca es fácil entrenar a nadie». Le faltó añadir que el propio Diego lo ha comprobado en sus carnes.

Para no agobiarle, para que no le abrume la responsabilidad, en un segundo plano queda casi el estreno de Jesús Navas. Compareció junto a Iker y Villa y apenas intervino. Afirmó que todos sus compañeros son «muy humanos», que no le han hecho novatadas, y que él sigue «paso a paso». Desparpajo en el campo y timidez fuera. «Todo el mundo ha apreciado sus cualidades. Es un jugador especial, distinto, singular. Es uno de esos extremos en desuso, casi en extinción», expuso Del Bosque. El palaciego se estrenará en el duodécimo choque entre españoles y argentinos, un duelo de toda la vida que los sudamericanos ganaron en cinco ocasiones frente a cuatro victorias de los españoles. El último antecedente, hace tres años en Murcia, con una victoria local por 2-1 y la grave lesión de rodilla sufrida por Maxi en un césped espantoso.