Diseño, comodidad y un mayor aforo

Al final han sido dos las empresas que han pugnado por el contrato más sustancioso del Ayuntamiento en los próximos años, pero ha sido FCC la que ha terminado por llevarse el gato al agua. Una tercera empresa fue descalificada por no ajustarse a lo que se demandaba.

Y es que sólo presentarse ya era un esfuerzo considerable porque, basándose en un anteproyecto facilitado por el Consistorio, debían presentar un proyecto básico. Finalmente, el ganador debe realizar el diseño final.

En esta pugna, se valoraba sobre todo el aprovechamiento del espacio, es decir, que se sacara el mayor número de asientos y que éstos, además, aunque pueda sonar a contradicción, fueran lo más confortables posible. Como suele suceder en otros concursos, se primaba el que hiciera la obra más rápidamente y también el precio, aunque se trató de evitar las bajas temerarias, es decir, que la obra saliera tan barata que hiciera peligrar su terminación.

Pero además, se ha tenido en cuenta la calidad de la arquitectura, la adecuada programación de las obras, el diseño de la cubierta del edificio y que se ofrezca una alternativa a la explotación del uso terciario, es decir, que se proponga el hotel que el equipo de Gobierno planifica en las dos últimas plantas.