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El sueño de valerse por sí mismo
Los alumnos del CRMF de la localidad luchan cada día por aprender a vivir sin la ayuda de los demás
SAN FERNANDO Actualizado: GuardarSubir un escalón, coger la cuchara, levantarse de la cama. Son pequeños esfuerzos que la mayoría de las personas hacen sin darse cuenta de lo que significan, sin preocuparse por ellos. Todo lo contrario les ocurre a los estudiantes del Centro de Recuperación de Minusválidos Físicos (CRMF) que se encuentra en la localidad. Para ellos la lista anterior se trata de una enumeración de grandes retos que deben superar para cumplir un sueño: «valerse por sí mismo».
Una ilusión con la que saca fuerzas Elena Reina para acudir a todas las sesiones de rehabilitación. «Sería algo increíble el poder vivir sola y tener a una persona que me ayude en lo mínimo», afirma. Hace apenas unas semanas que llegó «y me ha costado un poco adaptarme» pero a pesar del poco tiempo «me siento como en casa. Lo mejor son los compañeros porque cuando ves a uno coger una cuchara piensas, y yo, ¿por qué no?». Incapacitada su lado izquierdo a causa de un ictus, y a pesar de padecer Poliartritis Reumatoide, esta sevillana tiene un brillo especial en los ojos. Una luz de esperanza por lograr un trozo de independencia.
Cristina Reyes es una de las más veteranas al llegar al centro hace cuatro años a causa de una ataxia que le impide caminar sin apoyarse. Una dificultad que llegó a encerrarla en su casa con tan sólo 19 años. «No quería salir porque pensaba que no sería capaz de desenvolverme en la calle», asegura. Su vida ha cambiado. Con 27 años los compañeros hablan de una chica afable, con ganas de hacer cosas, de participar y divertirse. «Estaba en mi salón y un día pensé que tenía que salir que no podía seguir allí y encontré esto».
Ángel Amerino es otro de los veteranos del centro y un experto en cambiar de vida. Un accidente de moto le causó hace ocho años daños cerebrales que le impidieron controlar el equilibrio. «No paraba en mi vida y ahora me cuesta moverme». En el CRMF ha encontrado «un lugar dónde creer en mí y aconsejo a todos que intenten entrar».
Lo mismo piensan Raquel Jiménez y Rocío Peña. Ambas estudian Diseño Gráfico y llegaron hace un mes a un centro «que te hace mirar con otros ojos lo que te ha pasado», expone Peña. «El compañerismo y la actitud de los isleños acostumbrados al centro te hace tirar para delante y darte cuenta que queda mucho por vivir», finaliza Jiménez.