ESPAÑA

El Gobierno aprueba por un voto el nuevo sistema de financiación

El Ejecutivo estuvo a punto de ser derrotado por la ausencia de un diputado socialista

MADRID Actualizado: Guardar
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El Gobierno necesitó ayer jugar todas sus cartas para que el Congreso aprobase, aunque fuese por los pelos, la ley orgánica que permitirá poner en marcha en 2010 el nuevo sistema de financiación autonómica, pactado con las comunidades el pasado 15 de julio y al que el PP y CiU, por razones opuestas, se oponen con todas sus fuerzas.

Al final, lo logró. El Ejecutivo no tiene socios parlamentarios estables, pero sí más amigos de los que parece. Sumó los 176 votos, la mayoría absoluta, que eran indispensables gracias al favor de los dos diputados de Unión del Pueblo Navarro y Nafarroa Bai, pese a que no se jugaban nada en este envite, ya que su comunidad está al margen del sistema, y porque durante la votación tuvo la suerte de su parte y nadie del bloque del se equivocó al pulsar el botón.

A las nueve de la mañana, cuando los diputados tomaron asiento en el hemiciclo, los socialistas tenían la votación final para reformar la ley orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA) cogida con pinzas. Como los partidarios del nuevo sistema, PSOE, ERC, CC e ICV, sólo sumaban 175 votos, y es precisó al menos uno más para aprobar una ley orgánica, el día anterior habían logrado convencer a los dos diputados navarros para que abandonasen su tradicional abstención en un asunto que no les incumbe y votasen para llegar a los 177 apoyos. La buena disposición mostrada por el PSOE hacia Nabai y UPN en el debate de Presupuestos, a los que admitió varios millones de euros en enmiendas parciales, facilitó que echasen una mano.

Sin embargo, pasadas las diez de la mañana, cuando el presidente José Bono iba a iniciar las votaciones, en la bancada socialista se oyó una voz que dijo: «¡Falta Barrero!». Se refería a Javier Barrero, diputado del PSOE, que, al parecer, había sufrido una indisposición y no había llegado a tiempo a su escaño antes de que cerrasen las puertas para votar. Los nervios ya no abandonaron a los socialistas hasta que, tras diez votaciones en las que se rechazaron todas las enmiendas de la oposición, el marcador electrónico mostró los 176 votos que daban luz verde a la ley, los 157 en contra de PP, CiU, BNG y UPyD, y las cinco abstenciones de PNV e IU. Nadie se equivocó al votar.

Tras un aprobado tan raspado no es de extrañar que la vicepresidenta segunda, Elena Salgado, la firmante del pacto de financiación, declarase, aún asustada, que estaba «satisfecha» con el resultado parlamentario, pero que le «hubiese gustado que el apoyo fuera mayor».

El PP, que está convencido de que el nuevo modelo sólo beneficia a Cataluña, aseguró que las enormes dificultades del Gobierno para aprobar la ley demuestran que el sistema es «malo e insolidario» y que la mayoría de los españoles no lo quiere.