Dos filipinos que combatieron junto a los americanos en el Pacífico participan en un acto celebrado en Manila. / AFP
MUNDO

El verdadero coste de la guerra

Estados Unidos conmemora el Día de los Veteranos con cuatro veces más soldados heridos que el año pasado

CORRESPONSAL. NUEVA YORK Actualizado: Guardar
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En el calendario ayer fue un Día de los Veteranos más, pero en los hospitales militares de Estados Unidos se vivió de forma muy diferente: cuatro veces más heridos que el año pasado, según las cuentas de Associated Press.

A la ristra de amputados que vuelven del campo de batalla con heridas permanentes en el cuerpo y en el alma se suman los 70.000 soldados con lesiones cerebrales que se registran sólo desde 2007, según datos del Departamento de Defensa y del Centro de Lesiones Cerebrales de Veteranos. Más de 20.000 son sólo de este año, lo que indica que mientras más de 120.000 tropas estadounidenses siguen estacionadas en Irak, la guerra de Afganistán ha tomado el relevo en crudeza.

El 40% de todos los heridos en el país centroasiático desde que empezaran los bombardeos tras el 11-S se ha producido en los primeros diez meses de este año -1.800 hombres y mujeres, de los que más de un millar ocurrieron en los últimos tres meses-. En este país se ha registrado también un fuerte incremento de las lesiones de médula espinal -uno de cada seis heridos-, lo que aumentará la herencia de minusválidos de guerra hasta niveles comparables a los de Vietnam.

El daño silencioso

Son, sin embargo, los heridos silenciosos lo que empiezan a preocupar a los médicos. Ésos con lesiones cerebrales leves que ni siquiera han identificado porque sus síntomas suelen pasar desapercibidos. Dolores de cabeza, insomnio, dificultades de concentración, lapsos de memoria, cambios de humor, etcétera. Muchos de estos síntomas llevan a los médicos a diagnosticar estrés postraumático, al que sólo se responde con tratamiento psicológico.

Con los avances tecnológicos de los cascos invencibles hechos de fibra kevlar, el número de víctimas mortales ha decrecido significativamente en comparación a otras guerras, pero los cerebros de quienes viven las explosiones diarias sufren las sacudidas dentro del cráneo, donde son agitados como en un sonajero, lo que desemboca en lesiones imperceptibles a simple vista cuyos efectos a largo plazo están por ver. De hecho, en muchos casos se necesitan escáneres más potentes de los habituales para detectar estas pequeñas lesiones.

Ayer, cuando el mundo rendía homenaje a los veteranos de la Primera Guerra Mundial y en EE UU se le hacía justicia a los de Vietnam, Obama se acordó también de los que «ya hoy se merecen un lugar junto a las generaciones anteriores», porque «durante la mayor parte de esta década han sufrido destino tras destino en lugares difíciles y distantes».

Una señal de cuán en serio se toma el comandante en jefe la responsabilidad de enviar más soldados a la guerra, algo que sopesa cuidadosamente desde hace tres meses, para malestar de los conservadores. Ayer mismo se desayunó con una carta de los senadores del Partido Republicano en la que le recordaban los peligros que sufren los hombres en Afganistán si no les envía inmediatamente los refuerzos que ha solicitado el general McChrystal. Según la CBS Obama se inclina por desplazar 34.000 soldados, 6.000 menos de lo requerido, opción que según The New York Times cuenta con el apoyo de altos asesores como Hillary Clinton, y el jefe del Pentágono, Robert Gates.