Un plató en plena calle

La verdad que eso de ir al cine, acomodarse en la butaca con un buen cartucho de palomitas y ver en una pantalla XXL que la ciudad que aparece es la misma que una recorre cada día.

Ya sucedió en su momento con Jerez, cuando una muy caracterizada Lola Flores volvía a recorrer las calles de su infancia, los rincones de su juventud y los tablaos que la hicieron grande, que la convirtieron en La Faraona. La provincia, además, ha servido como gran plató para las grandes producciones, pero no sólo la provincia, ahora me viene a la cabeza la recreación de Carmen en la fábrica de tabacos de Sevilla. Una sublime Paz Vega, con su traje de época y una recreación que parecía que con sólo dar un paso se dejaba el siglo XXI y se metía uno de lleno en época. Pero me gusta que se haga con respeto. Que al igual que disfrutamos contemplando nuestra ciudad o las cercanas los guionistas, productores, etc. utilicen un escenario para decir que es otro totalmente distinto. En otras ocasiones he dejado vislumbrar en estas pocas líneas que la que escribe es sevillana y por ello me dolió en el alma ver cómo hacía su particular visión de mi ciudad en una de las secuelas del agente Ethan Hunt, en las diferentes Misiones Imposibles y más concretamente en la tercera. Cuando salía una especie de procesión más similar a las fallas de Valencia y las vírgenes latinoamericanas que un cortejo de la Semana Santa sevillana. Pues bien, ahora dicen que va a salir la provincia como tal. Que se buscan extras que respondan al perfil de la ciudad. Y la verdad, por mucho que prometan he de reconocer que me da miedo, mucho miedo. Ya que la imagen que tienen de nosotros no llega más allá del papel que hizo la Juani en Médico de Familia y la gracia en el acento andaluz. Así que crucemos los dedos porque, por una vez, reflejen fielmente que ni todos somos vagos ni todos somos tontos. Somos simplemente nosotros.