'Made in North Korea'
Actualizado: GuardarE l enfrentamiento ayer entre unidades surcoreanas y norcoreanas en el mar Amarillo respira un aire explícito de deliberada provocación en un contexto diplomático concreto y es un gesto político obviamente destinado a agitarlo en vísperas de la gran gira de Barack Obama por la región. Se trata del clásico incidente Made in North Korea: un buque patrullero norcoreano entró por enésima vez en aguas surcoreanas occidentales y respondió con fuego real a los rutinarios disparos de advertencia, que derivaron en un contraataque que puso en fuga al barco tras incendiarlo y, según fuentes no oficiales, causar algunas bajas. Recurrir a este tipo de acciones supone recuperar una de las expresiones de la tensión entre los dos estados que se reparten la península coreana desde el armisticio de Panmunjom de 1953, el cual puso fin a la guerra con un empate militar sobre el terreno y una confrontación nacional que es, de hecho, una guerra civil con fuertes aliados foráneos en cada parte.
El Gobierno del Sur, prooccidental y de economía abierta, dispone del respaldo norteamericano y japonés, mientras el gran vientre del vecino chino protege al Norte, donde el régimen paleocomunista ha derivado, por si faltaba algo, en una potencia nuclear militar. En la primavera pasada, Corea del Norte lanzó su mayor cohete, prácticamente intercontinental, y procedió a su segunda explosión atómica subterránea tras abandonar abruptamente los compromisos que, pacientemente, habían logrado forjar los occidentales, Rusia y China en el llamado Foro de Pekín.
Muy en su línea, Obama decidió optar por un diálogo bilateral de alto nivel político y nombró a una persona muy cualificada y de peso, el profesor Stephen Bosworth, como su representante especial para Corea del Norte. Pero el régimen no se inmutó, exacerbando el enfrentamiento con la reactivación de su programa militar. Obama viajará la próxima semana a Seúl. Se filtra en Washington que, pese a todo, está decidido a enviar a Pyongyang a Bosworth con una oferta que sólo puede ser ésta: completas garantías de seguridad y asistencia económica a gran escala contra el fin del programa nuclear y la simultánea vuelta al escenario multilateral de negociación en Pekín.