Rajoy aconseja ser «claros, enérgicos y contundentes» contra la corrupciónSusto en Zaragoza
El líder de la oposición coincide por primera vez con el Gobierno en que lo peor de la crisis ya ha pasado
ZARAGOZA ZARAGOZAActualizado:«Hay que ser claros, enérgicos y contundentes con cualquier persona que haga lo que no debe», declaró ayer Mariano Rajoy ante un grupo de empresarios, reunidos por el XII Congreso de la Empresa Familiar en Zaragoza. Ante ese foro confesó: «Estoy preocupado por la corrupción».
Claro que el líder de la oposición explicó que aplicaría la receta de las tres condiciones de claridad, energía y contundencia con quienes se demuestre que son culpables de los delitos que se les imputan porque también, advirtió, existen casos en los que se establecen juicios paralelos contra quienes «no han hecho nada o no han hecho lo que se dice que han hecho». Con todos estos matices y la indefectible defensa de la presunción de inocencia, Rajoy se declaró beligerante contra la corrupción, una práctica «absolutamente inaceptable». Defendió la honradez de la gran mayoría de las personas que se dedican a la política y aseguró que los dirigentes no son diferentes de los ingenieros, periodistas o empresarios, aunque admitió que pueden tener más tentaciones.
Rajoy recordó que su partido prepara un código de buenas prácticas que exigirá comportamientos más estrictos de los que imponen las leyes y dijo que en la reunión de la convención intermunicipal del PP, que se celebrará el último fin de semana de noviembre, se aprobará una serie de medidas legales en las administraciones locales para prevenir la corrupción.
Además, el presidente de los populares se mostró convencido de que «elegir lo mejor posible» a las personas es clave para poder adelantarse a los abusos e impedir que personas corruptas ocupen puestos de responsabilidad en la vida política. Reconoció que «la corrupción está en la condición humana» y constató que «nunca se puede acertar al 100%».
Diagnóstico
Hechas estas apreciaciones sobre la corrupción, Rajoy compartió por primera vez un diagnóstico con el Gobierno sobre la crisis y aceptó que «los momentos álgidos de la crisis han quedado atrás». Ante el XII Congreso de Empresa Familiar asumió esta novedad, pero advirtió de que no se pueden echar las campanas al vuelo, pues «sería una frivolidad afirmar que estamos mejorando».
Aquejado por el 'síndrome de Casandra' -que fue condenada por los dioses a vaticinar el futuro sin que nadie le hiciera caso-, pronosticó la evolución de la crisis económica como hizo ante el mismo foro en ocasiones anteriores, en las que, por el contrario, habló de las negras perspectivas de la economía y el empleo. Con todo, criticó al Gobierno por haber «confundido unos datos menos malos con una mejoría» e insistió en que «el problema estriba en que no sabemos cuánto tendrá que pasar hasta que salgamos de la crisis».
Su diagnóstico optimista de la realidad económica no le permitió, no obstante, ver el final del túnel porque, aunque admitió que el comportamiento del Producto Interior Bruto (PIB) será «menos malo», recordó que será «una caída sobre caída».
Una plancha de aglomerado del techo del auditorio del Palacio de Congresos de Zaragoza se desprendió ayer minutos antes de la llegada del presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, quien iba a intervenir en el XII Congreso Nacional de la Empresa Familiar. Este incidente, que no tuvo consecuencias personales, sí provocó que la organización del evento tuviera que improvisar otro emplazamiento para poder continuar con las conferencias.
En los pasillos del Palacio de Congresos, Mariano Rajoy, dijo, a modo de broma, «que la plancha ha caído demasiado pronto, porque quizá estaba preparada para mí». Además de Rajoy, en el mismo encuentro empresarial intervinieron Ana Patricia Botín y el ministro de Fomento, José Blanco, quien fue el encargado de clausurar el evento.